miércoles, 9 de febrero de 2011



Composición con triángulos

En Composición con triángulos de Eduardo Ramírez Villamizar se construye a partir de los ángulos. Las formas son rígidas, la pintura aplicada de manera uniforme sin rasgo de texturas. Aparentemente, algo completamente plano, formas triangulares separadas por color.

Las franjas horizontales de color gris, café y azul sitúan los triángulos en un espacio, les da un peso. Hace algún tiempo estuve viendo unos cuadernos de colegio que un conocido tenía en su casa. Los cuadernos eran de la primaria, se notaba en la letra y los abundantes dibujos. Los garabatos eran sencillos, cargados con símbolos inmediatamente reconocibles de lo que son las cosas, lo justo y necesario para entender. El sol siempre era una bola amarilla con líneas a su alrededor, las nubes formas largas y azules, las casas un cuadrado con un triángulo encima. Las franjas de color horizontal en la pintura sugieren esto, una idea elemental de lo que es un paisaje; solo se necesita del horizonte para percibir que los triángulos están una especie de paisaje; un amplio espacio café para la tierra, y azul para un cielo. La gravedad afecta las formas, como unos bloques macizos. El ojo intenta construir de inmediato, plantar las figuras geométricas y darles un orden, sin embargo estas no se dejan, Los triángulos se parten y se distancian, se crean otras formas entre ellos, ahí no hay un orden descifrable, la composición se transforma. Donde está la pintura completamente plana, las figuras engañan, hay superposiciones pero no son descifrables.

Lo anterior me llevó a pensar de inmediato en un ejercicio tridimensional llevado a la pintura, como pintar de observación, sin embargo por algo está en pintura. Lo que hacen las formas en la obra solo lo hacen porque están pintadas, porque se les puede separar y armar a partir del color; de cierta forma engañar con lo bidimensional.


José Sanín

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