miércoles, 16 de febrero de 2011

El hijo del hombre - René Magritte

El hijo del hombre (1964) – René Magritte

Oleo sobre lienzo


René Magritte perteneció a la corriente surrealista, partiendo de ésta para cambiar la percepción que las personas tenían de la realidad a través de ingeniosas imágenes, haciendo que el observador se convirtiera en un ser hipersensitivo al entorno en el que se encontraba, así como también lo hacía ver más allá de lo que el ojo puede,

En su obra El hijo del hombre se puede resaltar el simbolismo que ésta implica. Se puede observar un hombre con el rostro tapado con una manzana, haciendo alusión a la historia del Jardín del Edén y la tentación en la que cayeron Adán y Eva. A su vez puede observarse como, aunque en su mayoría esté oculta la cara, alcanzan a verse los ojos del hombre. Partiendo de esto, lo que más me gusta de esta obra es el significado que puede dársele a partir de esta descripción, pues puede inferirse como el ser humano, aunque muestre una fachada de lo que es ante los demás, en el fondo esconde algo de si mismo que no quiere mostrar ni mostrará ante la sociedad.

Asimismo, aunque se quiera ocultar algo y conocer que posiblemente las otras personas también lo ocultan, es a través de los ojos que pueden verse en la pintura como el cuadro adquiere la connotación de querer conocer lo que los demás están ocultando, sin dejar ver lo propio. Puede decirse que, partiendo por supuesto de la manzana que representa la tentación del Jardín del Edén, las tentaciones modernas parten del supuesto de juzgar a las personas más allá de lo que éstas muestran, buscando siempre algún indicio de que efectivamente se está ocultando algo, pero esto se esconde con las apariencias.

Otro punto favorable que se puede apreciar en esta obra es la niebla que se visualiza al fondo, la cual puede dar a entender el conflicto interior, por así decirlo, al que se enfrentan los seres humanos en la vida diaria, pues, volviendo al tema de lo oculto, aunque el hombre del cuadro muestre un ser de la alta sociedad por su vestimenta y su bombín, siempre ocultará algo que solo él sabe de que se trata, es por esto que el contraste del fondo es interesante y a primera vista llama la atención.

No obstante, aunque esta pintura presente, desde mi punto de vista, muchas aspectos positivos, lo que no me gusta de ésta es la alusión que Magritte hace a la historia bíblica del Jardín del Edén, pues debemos partir del punto de la religión, dado que no todas las culturas comparten la misma, haciendo con esto que los observadores que no sean católicos ni conozcan dicha historia no comprendan la connotación de la obra sin antes haber hecho una investigación previa al respecto.

Finalmente, otro punto negativo de la obra es el contraste de colores, pues aunque el punto central de la obra sea la manzana por su color verde vivo, el cuadro consta más que todo de colores fríos, perdiendo así un punto fijo por el cual guiarse aparte de la manzana, generando con esto que el observador se demore un poco más en analizar y entender el trasfondo de la obra.

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