Edgar Negret
Flor Sanky
1995
Escultura en metal
El artista colombiano Edgar Negret tiene una de las carreras más distinguidas de nuestro país y de América Latina. Famoso por sus esculturas que aluden a la tecnología de la postguerra y en los que usa, frecuentemente, materiales como yeso, acero, hierro y metal.
Las obras de Negret son, también, un acercamiento y un cuestionamiento constante sobre la relevancia del presente y las incertidumbres y acercamientos al futuro.
“Flor Sanky” (1995) es una clara afirmación de esto. Negret admiraba la naturaleza, los arboles, montañas, astros, etc. De ahí, que sus obras sean representaciones de estas. Su esencia, entonces, se basa en una mescolanza de lo orgánico con la maquinaria de la sociedad industrializada.
Está obra fue realizada en piezas de metal unidas cuidadosamente con tornillos: tal y como el hombre construye una maquina. Es cautivadora la intensión de que los tornillos estén totalmente a la vista, resaltan con tanta exactitud la manera en cómo se unen estos casquillos de metal dando vida a la sociedad urbana del siglo XX.
Por otro lado, esta escultura no me parece una crítica a la naturaleza, como se podría pensar. Al contrario, evoca una visión de los artefactos no como detonantes de destrucción, contaminación o erradicación de la naturaleza. Sino que crea un equilibrio en el que la naturaleza y las maquinas están en un mismo espacio. Las dos hacen parte del presente y, por lo tanto, las dos juegan un papel importante dentro del mundo y la sociedad. Por ello, son un complemento.
Uno de los puntos más fascinantes de la obra son las chapas metálicas en figuras geométricas que se sobreponen para crear el contorno y la forma de la flor. Se crea un balance perfecto entre entendimiento y misterio. Negret tiene la capacidad para transformar cosas simples y temas banales como la naturaleza en la complejidad de su propia creación.
En la escultura se puede apreciar el punto vacio central que genera sensación de movimiento respecto a las ondas y modulaciones de las chapas metálicas a su alrededor. Sin embargo, no parece tener un ordenamiento espacial claro.
Esta obra transmite libertad, tranquilidad y relajación sobre todo por el uso de los colores. Definitivamente el cuidado, la pulcritud, el mecanismo, su geometrismo en esta obra muestra la esencia de Negret, su relación con el mundo y las cosas a través de simbolismos. Algo que esta más allá del objeto mismo.
Las obras de Negret son, también, un acercamiento y un cuestionamiento constante sobre la relevancia del presente y las incertidumbres y acercamientos al futuro.
“Flor Sanky” (1995) es una clara afirmación de esto. Negret admiraba la naturaleza, los arboles, montañas, astros, etc. De ahí, que sus obras sean representaciones de estas. Su esencia, entonces, se basa en una mescolanza de lo orgánico con la maquinaria de la sociedad industrializada.
Está obra fue realizada en piezas de metal unidas cuidadosamente con tornillos: tal y como el hombre construye una maquina. Es cautivadora la intensión de que los tornillos estén totalmente a la vista, resaltan con tanta exactitud la manera en cómo se unen estos casquillos de metal dando vida a la sociedad urbana del siglo XX.
Por otro lado, esta escultura no me parece una crítica a la naturaleza, como se podría pensar. Al contrario, evoca una visión de los artefactos no como detonantes de destrucción, contaminación o erradicación de la naturaleza. Sino que crea un equilibrio en el que la naturaleza y las maquinas están en un mismo espacio. Las dos hacen parte del presente y, por lo tanto, las dos juegan un papel importante dentro del mundo y la sociedad. Por ello, son un complemento.
Uno de los puntos más fascinantes de la obra son las chapas metálicas en figuras geométricas que se sobreponen para crear el contorno y la forma de la flor. Se crea un balance perfecto entre entendimiento y misterio. Negret tiene la capacidad para transformar cosas simples y temas banales como la naturaleza en la complejidad de su propia creación.
En la escultura se puede apreciar el punto vacio central que genera sensación de movimiento respecto a las ondas y modulaciones de las chapas metálicas a su alrededor. Sin embargo, no parece tener un ordenamiento espacial claro.
Esta obra transmite libertad, tranquilidad y relajación sobre todo por el uso de los colores. Definitivamente el cuidado, la pulcritud, el mecanismo, su geometrismo en esta obra muestra la esencia de Negret, su relación con el mundo y las cosas a través de simbolismos. Algo que esta más allá del objeto mismo.
vbnm,
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