jueves, 17 de febrero de 2011

Análisis del “Cristo en la tormenta en el lago de Galilea” de Rembrandt

Análisis del “Cristo en la tormenta en el lago de Galilea” de Rembrandt

Por: Jaime Alberto Báez Peñuela

A continuación analizaré la obra “Cristo en la Tormenta en el lago de Galilea” (1633) del pintor y grabador holandés Rembrandt (1606-1669), destacado como el más grande artista en la historia de su país. En esta obra se pueden evidenciar las características principales de sus obras: el uso del claroscuro, el manejo escenográfico de la luz y la sombra y su gran representación de las emociones humanas.

Desde mi punto de vista estos detalles son los que hacen fantástica esta obra. Ver el contraste entre el brillo del agua en la parte izquierda del cuadro y la oscuridad total en la parte inferior hacen pensar en bien y mal, en salvación y perdición, en confianza y desconfianza; en términos generales, manifiesta lo que relata los Evangelios. El rostro y los movimientos de cada uno de los tripulantes (discípulos) muestra su impresión por el suceso: unos se aferran aterrorizados a la vela; otros se agachan temerosos, cogiendo la cabeza y observando lo que sucede y los demás suplican a Cristo por su intercesión.

Es de destacar la apariencia de Cristo, quien se muestra arrinconado ante las súplicas de los dos discípulos frente a él. En este punto, es interesante el brillo que usa el artista sobre la cabeza de Cristo: un ligero blanco que reluce en medio de las vestimentas oscuras de los personajes y del tenebroso mar, que alcanza su mayor oscuridad en la parte inferior a Cristo.

Otro aspecto que me gusta del cuadro es la manera como dispone todos los elementos hacia Cristo: la inclinación del barco, las líneas del viento, las olas del mar y, por supuesto, las miradas de los discípulos; todo se dispone hacia ese pequeño rincón inferior de la embarcación.

El último aspecto que deseo destacar es la sensación de movimiento que genera el autor: pareciera que el viento y las olas realmente estuvieran atacando a la barca. En otro punto que parece muy real el movimiento es donde están colgando los discípulos del mástil.

Por otro lado, el único aspecto que no me gusta de la obra es la representación del cielo, la cual aunque ayuda a mantener el contraste entre claros y oscuros, no aporta mucho a la acción de la parte inferior. En mi posición, se ve muy plano.

4 comentarios:

  1. Si no hubiera leído tu artículo, jamás habría percibido tantos detalles, gracias!!

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  2. Cuadros de barcos en el mar. Flanders siglo 18

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  3. El autor de la pintura se incluye en la obra, y está mirándonos, como preguntándonos ¿Qué haríamos si estuviéramos como tripulantes en la barca?

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