El Sueño (1937) – Salvador Dalí
Óleo sobre tela, 50 x 77 cm.
Óleo sobre tela, 50 x 77 cm.
El surrealismo, tiende a representar, dejando de lado toda preocupación estilística, la vida profunda del subconsciente, la labor del instinto que se desarrolla fuera de los límites de la razón. El arte surrealista es inmediato, irreflexivo y está despojado de toda referencia a lo real. Es por esta razón que los artistas pertenecientes a esta vanguardia, creían que la libertad del subconsciente dentro del sueño de los seres humanos era expresada al máximo. Siendo posible de esta manera que los sueños funcionaran como detonadores de la fuerza creadora y de la creatividad.
“El sueño”, óleo pintado por Dalí en 1937, trata de uno de los temas de mayor interés y atracción para los surrealistas, pues es una representación visual del colapso del cuerpo durante dicho estado del ser. En la obra vemos como se contrapone el azul profundo del cielo, a una enorme cabeza completamente desarticula de un cuerpo a su vez ausente. La expresión de la misma, lleva a sentir el sueño profundo de un ser inmerso en el mismo.
La cabeza mantiene “firmeza” sobre el suelo gracias una serie de palos, o bases, de madera; lo que sugiere al espectador la vulnerabilidad del ser en el estado plasmado en la obra.
En “La vida secreta de Salvador Dalí”, el artista escribió que había imaginado al sueño como un pesado monstruo que era sostenido por las muletas de la realidad. Y eso, tal vez, es lo que más me gusta de la obra, pues a través de la imagen plasma esa realidad propia del ser, esa vulnerabilidad en la que entra el ser humano cuando cae inmerso en el propio subconsciente, donde se alojan los deseos, los miedos más profundos.
En la obra, se expresa casi de manera literal la profundidad del ser, y eso puede verse reflejado de igual manera en el contraste cromático de la misma. El fondo azul y blanco, que resalta la imagen principal y la cara, en color ocre. Lo que equilibra la combinación entre colores fríos y cálidos.
Para mi “El Sueño” es una obra fascinante, que expresa el concepto claro del artista. Y aunque estéticamente es bastante armoniosa por la distribución misma de la imagen en el plano, creo que hay elementos innecesarios dentro de la misma; como el perro en la parte inferior izquierda y la figura en la derecha, que aunque deben tener un sentido profundo para el artista, para el observador cambian el punto de atención principal, sin la claridad necesaria para integrarlas dentro del análisis de la composición. Aunque es importante resaltar que dichas imágenes le dan profundidad a la obra puesto que están relacionadas con la línea del horizonte.
Estefanía Rocha Casas
Universdad de la Sabana
Excelente análisis. Me gustaría que considerase esos elementos complementarios en la composición del cuadro ( La Ciudad- en la derecha-, la barca- atrás al centro- y el perro- a la izquierda-) a la luz de su mismo análisis: los podríamos tomar como representaciones de la animalidad dormida ( sólo sostenida con un bastón y los ojos bien, bien abiertos en una actitud semi-vigilante), la mineralidad dormida eternamente edificada sin ninguna ayuda de la realidad y el reino vegetal, representando a la expresión artística de esas muletas de maderas que también nos sostienen en un viaje sobre las aguas, en la barca y por último la figura a la extrema izquierda, una especie de parca que va más allá del cuadro, esperando por el sueño definitivo.
ResponderEliminarComo bien dice, elementos de un profundo significado para el creador en 1937 que en un momento posterior avanzó en esos complementos y se recreó a sí mismo en el cuadro como completando definitivamente ese sueño primitivo, en una especie de onírica confesión..
El Sueño I
El Sueño II
¡Saludos!
esto e una mierda
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