viernes, 11 de febrero de 2011

"El contacto de dos cuerpos"


Man Ray
Exposición Banco de la Repúbica
Cuerpo a Cuerpo
1952
Óleo sobre lienzo

Cuando se habla de Man Ray se habla de un autor Dadá y Surrealista, pero ¿cómo se ve reflejado eso en su pintura? 

El dadaísmo corresponde a un movimiento que no se basa en la estética sino que busca descuartizar y desfigurar los clichés del arte, la cultura e incluso la espiritualidad (August Ramm).

Por otro lado, el Surrealismo busca una nueva estética a partir de los sueños y deseos reprimidos del autor atacando el orden lógico; especialmente  propone un ataque a la estética tradicional del “buen gusto” (Germaine Dulac).

En esta obra parte de esos manifiestos se percibe. Son dos cuerpos, que se tocan, se sienten y se huelen, pero no se ven de forma figurativa, hay desfiguración de las proporciones y con la línea el autor juega con estos personajes, no sólo los representa sino que les da movimiento.

Existe incertidumbre frente a la obra, no se identifica el género (¿hombre-mujer?, ¿hombre-hombre? ¿mujer-mujer?). Sin embargo, la luz  revela su desnudez y el color construye un ambiente cálido y seductor.

Por otra parte la obra tiene una textura densa, casi lodosa que involucra un cuerpo sobre otro tal como si estuviesen pegados, pero en continuo movimiento.

Los matices y las pinceladas hacen que estos dos cuerpos se sientan en una danza corporal. Cuerpo a cuerpo es una relación erótica entre dos sujetos que están en perenne movimiento que buscan contacto y se mueven por el deseo. Se desliza uno por las piernas del otro y el otro recorre cada rincón del otro cuerpo.

La boca es invisible, pero si Man Ray quiere exacerbar los deseos profundos del espectador entonces se entiende que la boca está jugando; las manos no son tangibles pero se mueven interviniendo y seduciendo el cuerpo contrario.

Lo surrealista de este cuadro es sentir como estas dos almas se conectan por el cuerpo. Se trata de provocar e incitar al espectador  a caer en un sueño erótico de otro.  A su vez, tiene algo de Dadá por exhibir algo tan sensual y voluptuoso sin formas definidas.


Man Ray construye un juego de dos cuerpos en el que se imprime uno sobre otro. El espectador es un espía de un acto lascivo y erótico a partir de una imposibilidad de forma y de figura definida, por esto el autor hace de Cuerpo a Cuerpo una experiencia tan exquisita.

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