jueves, 17 de febrero de 2011


José Sanín (Universidad de Los Andes)

Villa Savoye

En el último piso del bloque “W” de la universidad de los Andes hay una maqueta del edificio puesta en un área de alto tráfico. La maqueta hecha en cartón está protegida por una especie de pecera de acrílico para impedir daños. Aunque hoy en día se ve menos, la gente sigue acercándose con curiosidad para agacharse y ver la maqueta: ver las escaleras, los marcos de las ventanas, el techo del edificio que es imposible ver desde cualquier punto de la universidad y los caminos que uno toma cuando lo atraviesa. Hay cierta fascinación por ver el edificio reducido, llevado a ser un símbolo de algo tan grande y de tanto uso. La foto del Japonés Hiroshi Sugimoto de la famosa casa de Le Corbusier la Villa Savoye vuelve y convierte la casa en maqueta.

La foto mide 120 por 147cms, es la ampliación de una foto análoga en blanco y negro en la que se ve una vista frontal de la casa, la composición es tradicional; mas espacio arriba para el cielo y la casa puesta en todo el centro con la línea de horizonte sobre la mitad de la estructura. Todo lo que se ve en la foto está desenfocado, un desenfoque limpio y construido con evidente minucia. El desenfoque borra detalle pero deja reconocer. Los grises no varían mucho, no hay blancos deslumbrantes o negros saturados, en general la foto es un registro borroso de algo perfectamente reconocible. En la imagen la casa es la gran protagonista. Se ve su primera planta compuesta por un rectángulo que es la entrada y los pilotes que sostienen la segunda planta. En la segunda planta se ven los cuatro ventanales rectangulares que permiten ver cosas elementales de la estructura, se ve que arriba hay un espacio abierto por donde entra la luz. La casa está sobre una planicie con pasto, detrás de la casa hay vegetación densa.

La Villa Savoye es uno de los grandes símbolos de la arquitectura modernista. Abunda en registros, fotos, y ejemplos de libros, la casa que reúne la mayoría de paradigmas que el Le Corbusier planteaba, la foto deja ver los principales: los pilotes y el espacio abierto al cielo de la segunda planta. El registro de Sugimoto me causa gran interés pues con una simple estrategia mecánica logra jugar con la casa como un símbolo y la fotografía como el supuesto gran medio para registrar la realidad. Sugimoto lo dice en Art 21: con el desenfoque logra limpiar la casa, quitarle el desgaste de los años, y las pequeñas imperfecciones que un registro tradicional captaría; quitarle lo vivo a la casa y mostrar lo que es un estandarte, ponerle un velo transparente a lo reconocible. Con la foto la casa vuelve a ser una maqueta limpia y perfecta de una idea. Y ese fantasma borroso que se ve ocupando la foto hace entender que en el registro también hay un engaño. Que detrás del desenfoque que oculta un símbolo, al fin y al cabo hay una casa que es atacada por el tiempo y el desgaste. Una casa que casi se cae, que 50 años después de su construcción tuvo que ser casi reconstruida para evitar que colapsara. Que en las paredes debe haber rasguños y huecos, la humedad la debe afectar, y el pasto que parece tan perfecto tal vez no lo es.

Y lo único que le encuentro negativo a la obra es no poder hacer lo que se hace en el W. Es triste que el juego conceptual que propone Sugimoto con el registro, lo tenga que ver yo por medio de un registro digital en Internet. Es decir no poder ver el objeto físico, la verdadera maqueta sino una foto de la maqueta, sin poder ver los verdaderos grises fantasmales y el diminuto grano de la fotografía. No poderla ver en su tamaño original, puesta en un marco y protegida por un vidrio como muchas otras.


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