viernes, 9 de septiembre de 2011

BEUYS Y MÁS ALLÁ, EL ENSEÑAR COMO ARTE




María Camila Álvarez Pacheco

COD. 200823633

Ejercicio No. 2

Publicaciones Artísticas





“Joseph Beuys fue uno de los artistas

alemanes más conocidos,

pero también más controvertidos de la posguerra:

sus obras y acciones fueron revulsivos llamados a la reflexión”.[1]



Debía escribir sobre una obra pero… me pareció inaudito; no podía dejar de sentar mi posición de descontento frente a la exposición temporal: BEUYS Y MÁS ALLÁ, EL ENSEÑAR COMO ARTE organizada en el espacio de la casa republicana por/en la Biblioteca Luis Ángel Arango.

Aunque la exposición exhibe diferentes obras de Beuys y sus alumnos, al caminar por ambos pisos de la exposición, no encontré una relación clara entre el primero y el segundo que albergaba las obras de artistas colombianos como Danilo Dueñas.

Siento que la disposición de estas obras, que dentro de su individualidad son bastante interesantes y cercanas, dificultaba la lectura de las demás piezas. Por un lado, estaba Beuys, un artista precursor que unió el ideal del pueblo de la posguerra y logró sembrar la idea del arte como fuerza creativa y mecanismo de transformación de la sociedad; por otro lado, estaba Rosario López con sus picos de yeso que inspirados en su visita al glaciar Perito Moreno, intentan sentar precedente frente a las cuestiones ecológicas y utiliza el medio del arte, quizás, a modo de protesta, y, Danilo Dueñas con su instalación de campana…

Si bien el ejemplo de López es tal vez más claro y cercano a Beuys y su idea de trasformación social mediante el Arte, desconozco los motivos que llevaron a Dueñas a la creación de la campana, y, me parece de mal gusto que incorporen en una exposición fundamentada en el contexto histórico-social de la pos-guerra, guiones distintos que en definitiva no tienen nada que ver con la muestra principal.

Me sentí completamente tensionada al ver la campana. El espacio no se prestaba en lo absoluto, la franja amarilla en el piso, la pared caída, las luces y ese chirri-chichí que no paraba de sonar, los picos de López y unos cajones que no pude detallar por la multitud: El desastre.

Comparado con el segundo piso, el primero tenia piezas que ilustraban el trabajo de Beuys. Obras sencillas que invitaban a la reflexión, y , abordaban uno de los pilares de Beuys: la desobjetivización de la actividad artística. Ricos en línea, color, y composición, representaban los desafíos de las vanguardias de la época frente a las cuales, la campana era: nada, más allá de un intento fallido.


[1] Tomado de DW-WORLD.DE, Deutsche Welle, sección ARTES | 23.01.2006. Joseph Beuys: "todo ser humano es un artista"http://www.dw-world.de/dw/article/0,,1866805_page_1,00.html

viernes, 2 de septiembre de 2011

Lupe y Los Austriacos

Lupe y Los Austriacos

Jessica Sofía Mitrani.



AXIOMAS


Leyes o axiomas en la escritura de arte. Tales precisiones, están sujetas al uso de lenguajes formales, geométricos por ejemplo. Pero no está demás echar mano de un concepto inpropio, para hablar de cosas que “deberían ser autoevidentes”. Al arte pocas veces le asignamos feacientemente “deberes”. Sin embargo, rodeados por un callejón sin salida, en ocasiones, debemos preguntarnos qué hacer. Es necesario aceptar ciertos axiomas para poder avanzar en la búsqueda de conclusiones. Ejemplificaré a partir de lo que sí se considerase como un axioma de la escultura, nos aproximaría a un camino ó bien, una estrategia de montaje que mantenga una armonía coherente con los contenidos y las formas exhibidas, dado que forma y sustancia, ó accidente y sentido, no aparecen escindidos a nuestra percepción en cuanto a los objetos de arte: el continente del sentido de una escultura se sujeta sobre el espacio que éste objeto ocupa, habita. Debería ser claro y evidente, cuando se habla de escultura, que la escultura, en su ser tridimensional, tiene tantos frentes como caras en derredor a cada ángulo de su superficie.


OBJETOS


A la entrada, en el vestíbulo de recepción de una sala dividida de forma tripartita, (verbigracia tres salones conectados y en cada uno una parte de la exhibición que conforma “Lupe y los Austriacos”), hay una serie de impresiones en tinta tipográfica sobre tela. “Conceptual”, acertaría una primera voz. “Conceptualista”, aseveraría otra. Claras y distintas son las letras negras que sobre un fondo blanco dentro de unos márgenes -que cual passepartout bordean el rectángulo del bastidor - advierten un estado de cosas al espectador por medio de los siguientes enunciados: “Ella es más interesante que su colección”, en frente y en sentido contrario “Su colección es más interesante que ella”, y , “Su obra es más interesante que ella”, y de nuevo de frente y a la inversa, “Ella es más interesante que su obra”.


MARCOS INQUEBRANTABLES


No basta con tener sentido del humor, quizá, ni ser agrio, irónico, ó aguafiestas. De entrada, parece haber allí alguna suerte de sentido ambiguo que no permite, a mi parecer, que se generen tensiones. Usando un término en si mismo ambiguo, esperamos de las obras de arte que modulen el espacio neutral por medio de ardides incontables; entre ellos causar tensión. Útiles en la plástica, en la composición de los objetos que ocupan un lugar de sentido que llamamos exposición, las tensiones, las provcaciones, los shocks, la compasión, generan lugares donde en el encuentro de las imágenes y el pensamiento se revela algo que está allí- pero no está allí (déjà-là/pasencore-là) - que debe ser descubierto. Ante una ominosa presencia que pareciera más un ulterior acto de “afán conceptual” y no una broma bien gastada o un coqueto guiño satírico que desestabilizare la semántica de una comunicación directa, e.g. en pos de la “provocación” (oratio recta versus oratio obliqua); nos vemos tentados de entrada a aceptar éstos dictámenes, antes que interrogarnos. Sobre la dirección y la intención de los sucintos epigramas, nos preguntamos sí hay allí algo implícito que no vemos.


Guardamos la esperanza de toparnos con la retórica de algún discurso directo o indirecto que nos “provoque pensar”. ¿En qué sentido la ambivalencia? Quizás, al final del recorrido por los tres salones, pueda darse uno cuenta que los carteles de la entrada, son finalmente no otra cosa que el eco tácito de una consciencia ficticia que ni tensiona, ni hace reir, ni provoca. Que obliga al espectador a hacerse las preguntas mismas que están allí formuladas, pero, con una implicación extra artística (por fuera del conjunto mismo de las obras) -. El espectador se habrá de preguntar sí lo que allí vió coincide o no con los enunciados. Examinemos los enunciados en detalle


Los unos, solicitan ser complementados con verbos de favor, agrado y conveniencia:


“Ella es más interesante que su colección” “Ella es más interesante que su obra”


Los otros, con su contrario:


“Su colección es más interesante que ella ” “Su obra es más interesante que ella”


SOSPECHA


La artista nos hace dudar, pero no nos hace dudar dentro del juego que establecen las piezas por clase y órden: nos hace dudar de las piezas mismas. Me digo y me repito: “quizás no hay que lanzarle al espectador un salvavidas (tan de primera

mano)”. Finalmente, tan discutible como afirmable, considero que la gracia del humor reside en el repentismo. En la chispa que súbitamente prende un incendio.


LOTTA CONTINUA


De repente, pasamos a la siguiente sala. Una falange de pedestales con sus esculturas conforma un semicírculo ligeramente cerrado abarcando el espacio del salón. No hay forma de penetrar esta mano, está articulada con la fiereza de la vanguardia en el campo de batalla, inaccesible. Las esculturas no podrán ser rodeadas por ningún cuerpo.



FERNANDO BARRERA

NI BLANCO NI NEGRO

Es una xilografía sin título en blanco y negro de una figura humanoide montada sobre un triciclo que aunque tiene unas partes buenas dadas por las betas de la madera no logra expresar mucho siendo insípida por la falta de factura en el momento de tallar, cuyo resultado es una impresión pobre con un dibujo confuso.

La xilografía es una técnica de impresión con una plancha en madera que se talla y deja en relieve lo que se va a estampar en el positivo, pero este grabado falla en ese punto ya que al tallar algunas líneas son muy delgadas y al parecer están mal entintadas dejando ver las marcas que hace la presión de la plancha sobre el papel donde la tinta no logró penetrar y formando grandes zonas de blanco que afectan el balance del contraste.

Las zonas blancas grandes y dispares hacen que se pierda o no se entienda muy bien la perspectiva así como el sentido del grabado, no se sabe si a este hombre le está halando su triciclo unos brazos salidos de la nada o un animal al que no se le completó su cabeza. Por la expresión del rostro del sujeto protagonista en euforia me parece que es así lo que agrava más los errores en la técnica.

Pero no todo es malo en este grabado, el suelo, en la parte superior derecha por donde va pasando el triciclo, así como las paredes que dejan ver la beta de la madera están muy bien logrados, en esta parte sí se encuentran los únicos matices de grises con los que cuenta el dibujo y logran de alguna manera enriquecerlo.

La talla es suelta y da la sensación de ser tosca pero esto es propio de la técnica y en verdad lo enriquece. Hay unas líneas conseguidas con maestría como las del triciclo, las escaleras y las piernas del hombre donde la talla está aún controlada. Pero también se encuentran las partes en las cuales la artista tallo demasiado generando las dificultades en el momento de impresión y la falta de calidad sobre lo que se ve en el papel.





Alejandro Ortiz Mejía








Masa crítica es el nombre de la exposición del artista Alejandro Ortiz Mejía que se lleva a cabo por estos días en el Centro Colombo Americano, ubicado en la calle 19 # 2 - 49 en la ciudad de Bogotá y que estará abierta al público hasta el día 5 de septiembre.

En esta exposición se encuentra la serie de óleo sobre lienzo llamada Ángeles realizada por el artista entre el 2004 y el 2011, de la cuál hace parte la obra a la que a continuación haré referencia.

Para comenzar, el color predominante es el gris, el cual ocupa un poco más de las tres cuartas partes de la composición, a él se superponen y distribuidos por el espacio, varios círculos de diferentes tamaños y colores, tres de los cuales contienen imágenes comerciales, una de ellas la popular imagen del niño por debajo del agua carátula del álbum Nevermind de la famosa agrupación Nirvana, las otras dos imágenes son de mujeres posando para la portada de una revista; en el borde inferior izquierdo se corta el gris por un especie de trapezoide que esta lleno de líneas verticales de diferentes colores, entre ellos: negro, blanco, gris, verde, vinotinto, etc. Lo que más llama la atención son pedazos de cinta de enmascarar que cuelgan de este espacio, tal vez atribuido al olvido del artista ó a develar la técnica utilizada; a demás el color en algunas partes de las líneas se ha corrido y manchado, lo cual no parece intencional o debido a algo conceptual de la obra. De igual manera, pareciera que el artista realizó varias composiciones antes de decidirse por esta, esto se hace evidente al ser observado el cuadro, porque se ven varias de ellas emergiendo forzadamente desde el fondo. Se percibe un aire de descuido en la factura, los colores forzados y manchados, la obra carece de fuerza no solo en su parte estética sino conceptual.

Para finalizar, solo deseo agregar que la exposición Masa crítica está compuesta por diferentes propuestas del artista, que van desde la pintura pasando por técnicas mixtas como: su obra comunas instalación de piedras.
Gloria Burgos

"Violín sobre una silla"... ó "Más de lo mismo"


Violín sobre una silla" es una obra del reconocido pintor Fernando Botero datada de 1999. Este óleo sobre lienzo representa de manera sobria un violín, una silla y una ventana y todos hacen uso de su particular estilo, son gordos.
Y aunque reconozca en Botero un ágil artista y un excelente pintor debo confesar que pinturas como esta, tan insulsas y vacías, no me recuerdan al mismo artista de "Terremoto en Popayán" o "Caminando cerca del río". Al contrario, pienso en el excelente negociante en que se ha convertido, aprovechándose inteligentemente de su reconocida firma y haciendo uso de temas "populares", y solo para recordar no nos olvidemos de la tristemente mediatizada exposición en Nueva York, representando esta vez a sus gordos en Irak...

Aunque esta pintura del violín está lejos de ser fea o desagradable, da cuenta fehaciente del declive de Botero como artista, dejando de lado el contenido de sus obras y convirtiéndose en una producción en masa de... más de lo mismo.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Carol Young






La sala de exposiciones de la Galería Santa Fe, peculiarmente curva, es el hogar de la obra de esta artista uruguaya. La exposición, aunque parezca estar compuesta por dos obras independientes la una de la otra, se conectan de tal forma que es imposible abordarlas individualmente.
El primer contacto con la obra es engañoso. En efecto, la impresión causada por unas hojas de papel se desvanece rápidamente a medida que nos acercamos. No solo el material resulta no ser el que se pensaba al principio, pues es cerámica, sino que lo que aparentaba ser el despliegue y almacenamiento de algún tipo de información es en realidad un espacio vacío. Cada una de esas particulares hojas, tan meticulosamente organizadas en un extremo de la sala y exhibidas del otro, están completamente en blanco.
Pero esta obra no se limita tan solo a su propio espacio. Aprovechando la peculiaridad de esta galería, la obra habita en ella. Por un lado, a un extremo de la sala y contra la pared, encontramos amontonadas hojas enrolladas, tal pergaminos cuidadosamente almacenados. Siguiendo el camino curvo que propone la sala se llega al otro extremo en donde espera una mesa que fluye con la misma forma del espacio que la alberga. Desplegadas sobre ella encontramos la hojas abiertas, exponiendo su contenido vacío al público, perfectamente organizadas una al lado de la otra.
Sin embargo, no solo el espacio juega un papel sumamente importante. A diferencia de obras más tradicionales, la luz entra a jugar un papel protagónico en la obra. Es gracias a ella que los dobleces de las laminas de ceramica son mas notables y destacan por el contraste de iluminación que crea la luz dura dentro de la galería a oscuras. Esta ambientacion en la iluminación, además de la adaptación al espacio, crea un recorrido que invita a observar la obra desde distintos ángulos.
Si abordamos el tema de construcción de las hojas, existen pocas dudas que estas han sido hechas a mano usando arcilla blanca y rodillo para crear las láminas. A pesar de este origen artesanal y manual, las huellas del proceso no están claramente visibles (por ejemplo, las huellas dactilares), aunque si existen variaciones en el tamaño y menor medida, en el grosor. Esto hace que a pesar de su serialidad cada una de estas hojas sea única y no exista dos parecidas.
Estas particularidades crean una obra, que a pesar de la repetición, guarda un aspecto orgánico y que como escultura propone un tiempo, un discurso y un recorrido espacial al espectador.