viernes, 25 de febrero de 2011

ACCIÓN DEL CASTILLO DE MARACAIBO


ACCIÓN DEL CASTILLO DE MARACAIBO

José María Espinosa

ca. 1840

Óleo sobre Tela

Colección Pública

Museo Nacional de Colombia


Acción del Castillo de Maracaibo es una pintura del bogotano José María Espinosa. La obra está compuesta por una serie de figuras entre las que se destacan: un castillo, una isla, y variedad de barcos portadores de la bandera tricolor. Todos estos objetos se sitúan en medio de un mar azul oscuro que se funde en la línea del horizonte con el azul claro del cielo.

Este cuadro representa la batalla de naval de Maracaibo el 24 de julio de 1823, momento clave que permitió la independencia de Venezuela. Espinosa hizo parte del Ejército centralista, comandado por Antonio Nariño, de esta manera, participó en ciertos eventos que lograron la independencia.

Sin embargo, el artista no hizo parte de la batalla de Maracaibo, por lo cual recurrió a testimonios y documentos geográficos a la hora de recrear la zona. Gracias a los detalles de cada una de las figuras presentes, esta obra se toma como un retrato fiel de la situación vivida y así el autor no haya sido testigo directo, logró captar la esencia de dicho momento y su aporte se considera como un gran testimonio documental.

Al observar la pintura, la primera impresión la acaparan los barcos, unos grandes con sus velas blancas alzadas y los otros más pequeños pero enarbolando el amarillo, azul y rojo de la bandera. Llaman la atención precisamente por la cantidad, demostrando la victoria obtenida sobre los españoles. Por esta razón, solo se observa una bandera de dicho país, que se encuentra sobre el castillo, pero que está siendo cubierta por el humo y las cenizas de la construcción atacada.

De esta manera, se refuerza la idea del triunfo, donde los navíos representan a los patriotas. Todos diferentes físicamente pero unidos bajo un mismo símbolo, defendiendo su libertad. Mientras que el castillo simboliza a la escuadra española, fuerte en armamento pero débil ante el ataque de todos aquellos que anhelaban acabar con el yugo español.

Quizá por estar retratando una batalla, se esperaría ver gente armada, muertos, sangre. Pero Espinosa crea un ambiente pacífico, donde el único indicio de guerra es el humo. El cielo y el mar están despejados, la naturaleza sigue verde y los barcos siguen estables, demostrando que la batalla de Maracaibo fue toda una proeza, emblema de la paz, la tranquilidad, la pacificación y la independencia.

Precisamente, este suceso histórico es considerado como la ofensiva naval más importante de la Independencia venezolana, donde el General José Prudencio Padilla derrotó al capitán realista Ángel Laborde y Navarro.

Desde 1797 los venezolanos iniciaron la cruzada para abolir la opresión española a la que estaban sometidos. Sin embargo, José María España, inspirador de dicho levantamiento fue descuartizado y, posteriormente, expuesto para que los criollos vieran lo que podía pasarles si seguían retando a la Corona.

Los precursores de la Independencia siguieron trabajando por conseguir la libertad y el 5 de julio de 1811 se firmó el Acta de Declaración de Independencia de Venezuela. No obstante, los militares españoles se negaban a reconocerla e inició así una ola de violencia y luchas, donde el pueblo sufrió de un derramamiento de sangre en pro de su libertad.

De la mano de Simón Bolívar, los patriotas se empeñaron en la consecución de su ideal y a pesar de la altísima cuota de muertes, incluyendo la de varios colombianos, las batallas de Carabobo (1821) y Maracaibo pudieron hacer realidad el sueño de una Venezuela libre e independiente.

Al haber sido miembro del Ejército, Espinosa debía manifestar las conquistas alcanzadas, por eso, basándose en sus recuerdos de soldados y en otros testimonios logró recrear las batallas definitorias de la guerra de Independencia. Su cuadro es una escena limpia que representa la victoria, donde ya no hay más sangre, heridos, muertos, dolor ni opresión.

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