viernes, 25 de febrero de 2011

Masacre del 10 de abril

Alejandro Obregón 


Por: Tatiana Montoya M.
200720221


                                Masacre de 10 de abril
                               1948
                               Óleo sobre tela
                               103 x 145 cm
                               Colección Museo Nacional



Al ver esta obra lo único que llega a mi mente es dolor, muerte, angustia y, como su nombre lo indica, masacre. Intentaría no ser tan literal, pero en este caso es inevitable sentir o pensar en algo diferente a su título, más aun conociendo que el tema de inspiración de esta obra tiene que ver con el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril 1948.

Por lo tanto, es preciso articular esta obra con la perpetua violencia que ha experimentado nuestro país. Para Obregón este cuadro fue la forma con la que pudo representar sus sentimientos al ver los ríos de sangre por las calles, almacenes saqueados, escombros y muertos que dejó una masacre como la del 10 de abril.

Para representar esta escena, el artista usó una serie de elementos como la forma con la que plasmó a cada uno de los personajes que allí aparecen, empleando el cubismo, de tal manera que se ven diferentes partes del cuerpo como cabezas, brazos, pies y un cuerpo entero, con lo que logró transmitir la angustia de una masacre, donde el dolor y la muerte perseguían a quien estuviera involucrado.

Otro elemento relevante es el color, los cuales Obregón incorporó con tonos cafés, negros, blancos, rojos, naranjas, grises y azules. Es interesante establecer por qué pintó las figuras humanas en colores café y negro, como si se tratara de afrodescendientes o, tal vez, porque Gaitán era de tez morena. Sin embargo, el contraste de estos colores le imprime dramatismo a la obra ya que, por ejemplo en la parte inferior del cuadro, hacia el centro, se puede ver una persona muerta en tonos cafés, sobre algunas partes humanas en tonos grises y blancos, lo que refuerza el sentimiento de muerte ya que se le percibe sin signos vitales, frío y tieso.

Otro color diciente es el rojo con el que representó la sangre. Pueden verse charcos de sangre como los ubicados en la parte inferior y superior derecha del cuadro y varias heridas en este tono como la que sufre la figura humana situada en el centro inferior de la obra.

Así mismo, el color azul ubicado en el último plano de la escena permite que se pueda sentir cómo la noche y la oscuridad han caído sobre las desafortunadas personas en la masacre.

Un aspecto llamativo de su obra, es que se relaciona notablemente con el Guernica de Picasso, obra con la que el artista expresó la tragedia vivida por el pueblo vasco cuando fue bombardeado durante la guerra civil española. Es tal ves el cubismo una acertada manera de representar el daño que entre personas nos podemos causar.




Es así como el artista Alejandro Obregón nos demuestra que el arte es un excelente medio para representar, criticar y plasmar una realidad que, aunque no en sus mejores momentos, relata lo que se vive en un país como Colombia. 





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