domingo, 27 de febrero de 2011

RICAURTE EN SAN MATEO


Obra: Ricaurte en San Mateo
Autor: Pedro Alcántara Quijano
Año: 1920
Técnica: Óleo sobre tela
Ubicación: Museo Nacional de Colombia



Por: Juan Carlos Rodríguez

Esta obra del colombiano Pedro Alcántara, ubicada en el Museo Nacional es una pieza que podría catalogarse bajo el término de mural debido a que es gigantesca. Va desde el techo hasta el piso y ocupa un ancho aproximadamente de cinco a seis metros.
Hay tonalidades oscuras en la mayoría de la pintura con la finalidad de recrear lo trágico y lo violento que contiene la historia recreada en esta obra. Sin embargo, hay colores fuertes como el amarillo, azul y rojo, plasmados en las ropas de Ricaurte y la bandera tricolor. Esto con la finalidad de resaltar y representar íconos dentro del relato que el autor busca contar sobre este hecho histórico.
La profundidad es notoria, debido a las líneas diagonales que se dibujan en el techo y a la perspectiva que se forma entre el sujeto (Ricaurte) y los soldados observantes que están ubicados a la entrada del lugar.
El ritmo es agresivo y constante. Vemos una cantidad de objetos que hacen parte del decorado de la escena, como los barriles, las cajas, las personas expectantes y la diversidad de líneas que componen cada objeto inherente a la obra. Así mismo, estas líneas hacen que la pintura tenga su propia textura, dándole vida a cada uno de los elementos ahí puestos. Las sombras que se observan en el uniforme de Ricaurte y la luz que se cola por la ventana del extremo derecho nos ofrece, aparte de luz y sombra, textura.
Ya por otro lado, mirando la pintura como un todo, podemos observar la representación de un hecho histórico ocurrido en el año de 1814 momento en el que se estaba llevando a cabo la independencia de Colombia, fecha en que Antonio Ricaurte rinde su vida.
Este hecho histórico narra el suicidio de Ricaurte, que más que eso es la acción heroica que comete él al ver cómo había perdido a manos del ejército real, el material que tenía bajo su cuidado. Vemos a este prócer de la patria con un tizón encendido y alzando la bandera tricolor con el brazo izquierdo como sinónimo de lucha y heroísmo. Ahí mismo, dentro de la escena, vemos a los soldados reales sorprendidos y angustiados por dicha acción que estaba a punto de suceder.
Sin embargo, al ver las expresiones de los rostros pintados y la acción que Ricaurte ejerce, podemos relacionar la historia que ésta contiene con las ofrendas que los musulmanes radicales practican por su religión y por su dios, Alá. Las acciones que los musulmanes radicales cometen por sus convicciones, son el sacrificio de su vida. Sea de una forma u otra, esto lo hacen porque ya hay patrones impliciticos dentro de su cultura. Sin embargo, ante los ojos de la cultura occidental este tipo de prácticas son desaprobadas y tildadas como suicidas y he ahí la relación entre esto y lo otro. Por un lado vemos a un hombre capaz de entregar su vida por sus convicciones políticas, por su gente y por su patria y, por otro, a un puñado de personas puestas en la pintura con expresiones de terror, sorpresa, asombro y extrañeza ante la acción que emprende Ricaurte. Ahí Ricaurte es el suicida loco y los soldados del ejército real, los occidentales que desaprueban el acto valeroso del oficial enemigo, para quien su acción tiene un significado y un argumento.

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