Guerrilla de Eliseo Velásquez, Fernando Botero 1988
Óleo sobre lienzo
Es una pintura horizontal, compuesta por un fondo de naturaleza que con una pincelada refinada y uniforme, le da volumen a los árboles. Botero siempre usa la deformación en sus pinturas, pues para él eso es arte, los troncos de los árboles en esta ocasión están deformados con un color gris alterando la normalidad de la naturaleza. Los hombres que pinta, quienes son los protagonistas de su obra, están agrandados, tienen gran volumen, con expresiones serias, rígidas y exactas, mostrando que para Botero no hay limitación a la hora de pintar solo un rigor y refinamiento en sus pinceladas.
El tamaño de los seres humanos y elementos son grandes en comparación al espacio en el que los pinta. Hay un equilibrio entre las formas y el espacio, mostrando unos puntos de fuga claros que proporcionan una escena real con un paralelismo entre los objetos.
Botero siempre recrea alguna escena social, en especial las colombianas, desde la geografía hasta lo cultural. Pero en este caso, visualiza una de las épocas más importantes y violentas que tuvo el país desde la muerte del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán en 1949. En esa época el presidente de Colombia era el conservador Mariano Ospina Pérez, quien antes de las elecciones, el 9 de Noviembre de 1949, impone el Estado de Sitio en todo el país por el desorden público que había desde el Bogotazo. Allí empieza toda la era de violencia colombiana con una guerra bipartidista entre liberales y conservadores.
El 27 de Noviembre, los liberales deciden hacer una huelga pacífica y empiezan a conformarse grupos y a reconocerse nombres. Uno de ellos, es Eliseo Velásquez quien hace una toma armada en Puerto López, Meta. Eliseo es un campesino liberal, líder de uno de los tantos núcleos guerrilleros que aparecieron.
La idea era luchar en pro de las personas con el ideal de estar en contra del Estado. Es por esto que los guerrilleros, empezaron a desplazarse por todo el país viviendo en el campo. Esta obra muestra una escena de cómo era la vivencia allí. Son 6 hombres, tres de ellos están despiertos vigilando o haciendo guardia, mientras los otros descansan. Los ángulos, la luz y los colores que usa el autor generan cierta sensación de realidad y emotividad.
Al pintar maletas y un saco de café, refleja la emigración o la vivencia como nómadas de los guerrilleros; las facciones no son negativas, al contrario, son campesinos tranquilos en medio del campo descansando y trabajando, quienes inicialmente luchaban por sus territorios, ya que el presidente Laureano Gómez quien tomo el mando en 1950, decidió sacar a los campesinos liberales y comunistas. Ellos vivían reprimidos por este gobierno y lograron más de veinte mil hombres en sus filas.
La violencia fue uno de los temas de Botero durante la época de 1950 y 1990. La Guerrilla de Eliseo Velásquez, fue un gran logro en representación, cromatismo y arte del realismo mágico de Botero.
*Fotografía tomada de El Museo de Botero, Bogotá
No hay comentarios:
Publicar un comentario