miércoles, 9 de febrero de 2011

Una obra ‘Sin Título’ y Con Significado

Guillermo Wiedemann. Sin título. (1961) Acuarela sobre papel

El régimen Hitleriano motivó la salida de Alemania de un gran número de artistas que, veían sus ideales amenazados al ir en contra del pensamiento alemán de la época. Guillermo Wiedemann contrario a los demás, decidió radicarse en Colombia, este hecho sería fundamental para su producción artística.

Sus primeras piezas reflejaron los paisajes y típicas escenas colombianas, estos pintorescos lugares influyeron en sus representaciones. Luego de años explorando y conociendo el territorio nacional y su gente, fue perfeccionando su obra hasta llegar al punto del abstraccionismo. Es importante entender y conocer este contexto para así poder analizar la obra de Wiedemann más allá de las figuras.

Durante su carrera, el artista se destacó por el uso de óleo y acuarela. La obra ‘Sin Título’ de 1961 es una muestra de su trabajo con esta última técnica. Los puntos fuertes de la pintura los constituyen las formas de color rojo y azul que están marcando una diferenciación, dos bandos del lienzo: uno rojo en donde ocurre la acción y uno azul en donde domina la calma. Son colores que a pesar de estar transparentados, llaman la atención del espectador; además evocan al Caribe colombiano, de aguas azules y clima cálido, todo esto rodeado por un fondo gris que enmarca la acción central, y que quiere ser protagonista, colarse en la escena, pero su función está definida, y es ser el terreno –inestable- que sostiene la situación.

Las líneas que forman curvas alrededor de las manchas de color y que en determinado punto se cruzan, llevan a pensar acerca de un ciclo: “después de la tormenta, llegará la calma”. Así mismo, formas azules y negras irrumpen en el espacio rojo, y formas rojas en el azul, no existe uniformidad, el rompimiento de los límites está permitido. Las curvas y manchas de colores degradados hablan de un cuadro en movimiento, nada estático: desde cualquier ángulo que se observe, el espectador siente esa energía dinámica entre los dos polos. Hay una tensión que separa ambos lados y que el artista representa con una serie de líneas horizontales, es el choque hecho visible con líneas de color.

Vale la pena destacar el efecto que produce la acuarela en la obra. Parece hablar, indica la libertad del pensamiento del artista, está insinuando al observador que se sumerja y nade en ella, que la conozca, que la entienda, a fin de cuentas está narrando un hecho que no es ajeno a nadie. Cada elemento en la pieza tiene su lugar, nada se encuentra puesto deliberada y arbitrariamente, está hecha con trazos delicados y formas tenues, no hay agresión como en otras de las piezas de Wiedemann, como en sus collages.

Si esta obra tuviera sabor, sería suave, nada empalagoso pero de gusto contrastado. Se escucharía como una tarde lluviosa y una noche seca. Sería líquida, por lo que valdría la pena detenerse a disfrutar cada sorbo para sentir el placer de los pocos, pero exquisitos detalles que conforman la pieza ‘Sin Título’ de Wiedemann.

Por: Fernanda Basto Reyes

No hay comentarios:

Publicar un comentario