jueves, 14 de abril de 2011

Una experiencia dicotómica con el pato… o ¿el conejo?


Por: Diana Díaz Rodríguez

Pato o Conejo, el proyecto artístico de Saúl Sánchez exhibido en la Galería Nueveochenta, podría llamársele un conjunto de piezas o técnicas plásticas que entablan un diálogo en el cual todos los sentidos del ser humano desempeñan un papel fundamental, en el cual el espectador interactúa con el espacio, la materia, la palabra, incluso con los referentes visuales que están siendo cuestionados. De esta manera, podría constatarse que Sánchez nos expone a cuatro líneas artísticas exploradas.

En primera medida, cabe destacar la Percepción en la medida en que las figuras, aunque ausentes, tienden a ser allegadas a la experiencia del ser humano, es decir, son referentes básicos de la vida cotidiana. Sánchez, de esta manera, pone en evidencia la manera en que el ser humano se apega a dichos referentes incluso cuando la forma no corresponde a la imagen.

Por su parte, es importante mencionar el exhibicionismo que presenta un momento ambiguo en el cual una trampa visual despoja de normalidad el exhibicionismo natural de los animales para re-significarlo a partir de la inclusión de una rama en las pinturas. Si se puede, podría decirse que dicha inclusión vuelve a las pinturas rígidas, artificiales.

A pesar de que la línea anterior está basada en pinturas (aunque ausentes aparentemente, pero existentes), es necesario hacer mención de la tercera línea artística: pintura. A partir de fotografías y proyecciones sobre las pinturas, Sánchez presenta una reflexión sobre ellas, re articulando las imágenes mediante los nuevos medios, en la medida en que rompe con el formalismo y tecnicidad del pintor y la pintura para, así, rescatar algunos valores de representación conceptuales de ella.

Las trampas visuales son constantes a lo largo de la exhibición dejando un mensaje claro al espectador: no todo es lo que parece, al menos no lo que vemos; esta premisa es sustentada por una serie de cajas de luz sostenidas perpendicularmente por una rama creando una serie de sombras que interactúan con el espectador y engañan o juegan con su experiencia.

De esta manera, Sánchez, quien desarrolla su obra a partir de la pintura sin ser necesariamente pintor, nos hace dudar acerca de la experiencia humana y sobre los referentes visuales que tenemos, rompiendo con los esquemas normales de guía y dejándonos en un espacio de ambigüedad y dicotomía. La exposición seguirá en la galería hasta el 23 de abril.

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