sábado, 9 de abril de 2011

El anacronismo del MAMBO


Por Nicolle Lafaurie Noguera

El museo de arte moderno de Bogotá es paradójicamente el museo más arcaico de la capital del país.

Desde la muerte de Marta Traba, el museo de arte moderno no ha evolucionado mucho. La exposición de Auguste Rodin resulta ser la más novedosa que han traído en mucho tiempo, y la razón es conmemorar los 45 años de apertura del museo.
De moderno no tiene mucho, a pesar de que su diseño arquitectónico lo hizo el artista moderno Rogelio Salmona, es un lugar frío oscuro y sin los espacios amplios e iluminados que caracterizan la obra de Salmona. Es quizás la peor de sus obras, tanto así que antes de fallecer dejó el proyecto para la ampliación del espacio del museo.

Ahora bien, más allá del espacio aburrido, poco moderno y nada interesante; el MAMBO carece de  obras modernas, generalmente sus exposiciones son superfluas y no proponen obras que le permitan al espectador entender y conocer el arte moderno. Aunque Rodin es definitivamente un artista exponente del arte moderno no basta para renovar la imagen del museo.

Resulta evidente que la directora del museo, Gloria Zea quiere parecer frente a los medios, de mente abierta y moderna, pero con sus comentarios, no hace más que demostrar su visión retrógrada: "La Era de Rodin es una exposición sin precedentes por la importancia del autor y la selección de obras representativas de su creación. También por la suma de esfuerzos requeridos para traer bronces de grandes dimensiones y esculturas en mármol, porcelana, y eso o terracota". Se evidencia su pensamiento no moderno, hablando exclusivamente del material como algo especial por lo pesado, evadiendo precedentes y sobre todo afirmando que fue un gran esfuerzo traer esa exposición.
Zea lleva más de 30 años a la cabeza del museo y pareciera no conocer de arte moderno. Lo que resulta paradójico, pues cabe preguntarse cómo alguien que tiene una postura tan clásica frente al arte dirige un museo de arte moderno. Otra de sus opiniones sobre Rodin evidencian que quiere exponerlo como un único exponente de la escultura “contemporánea” y, Rodin aunque no fue el único escultor tampoco se puede decir que su trabajo es contemporáneo por los lineamientos de su obra: "Rodin es definitivamente creador del arte mundial, un escultor universal, que le abrió las puertas a la escultura contemporánea".
No obstante, la exposición de Rodin no es la primera vez que es traída por el museo, un hecho más que resalta la poca originalidad del museo. En 1971 fue la primera exhibición de Rodin en Colombia, con 75 obras traídas del Museo Rodin de París.
Para muchos colombianos el arte moderno y contemporáneo carece de sentido y de emoción; sobre todo es tildado de ser un arte vacío. Pero sin un museo que explique de qué se trata es muy difícil ampliar el paradigma sobre este arte.
Aunque es una comparación algo exagerada, es preciso tener en cuenta que el MOMA, The museum of modern art en NY, contiene más de 150 mil obras de arte moderno y contemporáneo en donde en cada rincón se encuentran diferentes piezas que construyen una ventana a un mundo abstracto. Mientras que se supone que en el MAMBO, hay una colección de 2,300 obras de artistas colombianos e internacionales como Pablo Picasso, René Magritte, Francis Bacon, Andy Warhol, Salvador Dalí, Joan Miró, Roberto Matta, Oskar Kokoschka, Fernando de Szyszlo, Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz Díez, Alejandro Otero, Rogelio Polesello y Wifredo Lam, entre otros.
Sin embargo, para quienes hayan asistido al museo, deben haber notado la ausencia de estas obras y deben saber que nunca han traído exposiciones de grandes modernos como Marcel Duchamp, Vincent  Van Gogh, Claude Monet y muchos más.

Fernando Botero afirma, desde París: "Rodin es uno de los grandes artistas en la historia del arte y es una gran oportunidad para los colombianos poder ver su obra”.  Esto demuestra que El MAMBO no sólo está quedado en el tiempo, sino que además le hace creer a su público que, con exposiciones como la de Rodin, está educando sobre el arte moderno. La verdad es que esta exposición sólo está mostrando a un único artista quien sólo es un punto en medio del gran universo del arte moderno.

El arte moderno y contemporáneo no trata de realizar capturas de la realidad, ni hacer representaciones fieles, ni mucho menos  de mostrar lo “bello”. Por el contrario las obras modernas tienden a fragmentar el mundo. Trasgredir, proponer y arriesgarse: a ir más allá de lo visible y plantear infinitas posibilidades de conocer el mundo mismo.  Las obras modernas permiten imaginar diferentes formas de crear y da la sensación de que todo es absolutamente manipulable y reproducible y en el MAMBO no hay nada de esto.
Mientras eso sucede, habría que esperar un milagro que hiciera del MAMBO un espacio para al arte moderno, el cual es necesario e indispensable para la sociedad, pues bien dijo Monet: “el arte puede ser el bálsamo para el alma moderna”.





No hay comentarios:

Publicar un comentario