Artículo: Cruz – Díez: El arte del movimiento
Fecha: Lunes 14 de febrero 2011
Fuente: El Tiempo
Desde sus inicios, la expresión artística de Carlos Cruz-Díez ha sido clasificada como sistemática o automática. Sin embargo, dicha categorización es bastante superficial, puesto que la sensibilidad de la obra de este artista venezolano se centra en el carácter experimental de las misma, lo anterior se refiere principalmente a que el autor no busca un arte “intimista”, por considerarlo, de cierta manera y como el mismo lo dice, egoísta.
Aunque trabaja apoyado en patrones, ritmos, secuencias y sistemas; el arte, según él, debe ser experimentado, vivido y compartido. Es por esta razón que se especializa en recrear un entorno favorable para que el espectador “viva el arte”, generando de esta manera una interactividad entre el observador y la obra. En el artículo de Paola Villamarín, subeditora de cultura del diario El Tiempo, se habla de la grandeza del artista venezolano Carlos Cruz-Diez como precursor del arte cinético, dónde se asegura que “no le interesan los espectadores pasivos, puesto que en las obras, como el mismo artista lo expresa, la gente tiene que participar, porque si no lo hace, el trabajo muere”. Razón por la cual elabora un arte que busca situar a quien lo disfruta como parte de él.
Pero, ¿no se supone que el arte sitúa siempre al espectador como parte de él? Sin importar el movimiento que sea, el espectador se identifica con la obra (o puede no hacerlo) pero no por esta razón el trabajo, como lo plantea Cruz – Díez, muere. Si un espectador no se identifica con la obra, otro, en algún momento lo hará. Es por esta razón que es importante reconocer que no todas las obras están hechas para la interacción con el espectador, hay ocasiones en las que la obra no hace partícipe al observador; en algunos casos, las obras se construyen como consecuencia de un proceso interior de la artista. Que el espectador se identifique con ella o no, no significa que esta haya sido la intención inicial del creador al momento de realizarla.
Lo anterior, nos lleva de igual manera a otro de los planteamientos que hace el artista en la entrevista realizada por el diario El Tiempo, y es que según él, “el artista debe dar testimonio de lo que está ante sus ojos; es decir, de los problemas sociales de su contexto”. A esto, el curador de arte Jairo Méndez opina, que aunque “generalmente debe ser así, no es una regla inamovible del artista. Lo que si no se puede “negociar”, es que el autor es contestatario de la época, es consecuente con el momento histórico de su vida, más no de su contexto”.
Una obra puede ser una ventana para que el observador vea al artista, y a la vez, puede ser un espejo para que el artista se vea a si mismo Estefanía Rocha Casas
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