miércoles, 6 de abril de 2011

Luna Kogui sobre Londres

Siempre resulta interesante ver el nombre del país, Colombia, en espacios reconocidos de otros países. Quizás esto se deba a la necesidad de que la imagen y la reputación de Colombia, cambien por un momento para dar lugar a que quienes nos observan desde afuera, puedan quedarse con una mejor impresión de un país que, a pesar de sus riquezas culturales y naturales, llora por la maldad, la violencia, la corrupción y la pobreza. Por esta razón, me gustó el artículo, publicado en la edición impresa de la revista Credencial, titulado Luna Kogui sobre Londres por Sandra Martínez, debido a que narra cómo el nombre del país logra trascender la frontera y plasmarse en la capital inglesa, Londres.

En este artículo se da a conocer la creación artística de la diseñadora británica, Laura Williams, el primer reloj lunar que se instalará en la tierra. Se trata de un reloj que combina la magnitud de la ciencia, la belleza del arte y la sabiduría de la espiritualidad, en otras palabras, la combinación perfecta para una creación del siglo XXI. Este reloj será ubicado a orillas del río Támesis en Londres, Inglaterra, más exactamente al lado del O2, justo donde el meridiano Greenwich divide la península, al lado opuesto de Canary Wharf. El reloj iluminará dependiendo de la actividad lunar y será inaugurado en otoño de 2013.

Sin embargo, el arte, así como la naturaleza, debería también ser espontáneo y no una manipulación más del hombre. Aunque el arte es una construcción humana cuya función se basa en la expresión de ideales, sentimientos, temores, contexto, entre otros, ésta debería manifestarse, teniendo en cuenta el caso de Aluna, el reloj Kogui en Londres, de una manera más natural. Esto lo digo teniendo en cuenta las razones que llevaron a la diseñadora Williams al diseño de este magnífico reloj, pues asegura que en un eclipse lunar ha sido “un momento maravilloso, (donde) toda la gente, tanto ricos como pobres, se reunieron para ser parte de la naturaleza”, dice Williams en el artículo publicado por la revista Credencial. Un eclipse no es un acontecimiento que sucede todos los días, pues se debe a un suceso natural, por tal razón, es que se convierte en un motivo de encuentro y de reconciliación. Al intentar reproducir este tipo de encuentros con la luna de un modo repetitivo, se convertiría en un suceso antinatural. Por supuesto, una creación tan magnífica que expresa parte de nuestra cultura indígena, con tanta profundidad en su concepto, y ubicada en una de las ciudades más importantes del mundo, se convierte en un diseño único e innovador que sin duda, tendrá los ojos y a atención de todos.

Por otro lado, tener en cuenta la creencia sobre la Luna o Aluna, como es conocida entre los Koguis, indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, para esta creación “colombo-británica”, pues de algún modo sí lo es, resulta una gran oportunidad para que sobresalgan las tradiciones y creencias religiosas de los grupos étnicos colombianos. Este último punto es de gran importancia en la memoria cultural del país, pues es una manera de conservar el patrimonio de Colombia. Sin embargo, ¿hasta qué punto es tan oportuno que se adentren tanto en una comunidad indígena para reproducir sus creencias religiosas? Esto podría resultar en un arma de doble filo para la comunidad, pues en el mundo globalizado en el que hoy vivimos, podría comenzar a imponerse el interés monetario y publicitario, por encima de las tradiciones indígenas. A pesar de esto, es interesante que un pedacito de nuestra cultura colombiana, pueda hacer parte de una de las ciudades más visitadas del mundo.


Andrea Suarez Munevar

Martínez, S. (2011). Luna Kogui sobre Londres. Credencial .

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