Por: Angie Lorena Melo López
La Galería y la Sala Alterna de la Galería Santafé en el Planetario de Bogotá abrieron sus puertas al público hasta el 6 de marzo para cualquiera que quiera apreciar las plantas de Eulalia de Valdenebro. Esta artista colombiana presentó en simultánea las exposiciones Nativas/Foráneas y Vegetal Maquínico donde mezcla arte y botánica.
La Galería y la Sala Alterna de la Galería Santafé en el Planetario de Bogotá abrieron sus puertas al público hasta el 6 de marzo para cualquiera que quiera apreciar las plantas de Eulalia de Valdenebro. Esta artista colombiana presentó en simultánea las exposiciones Nativas/Foráneas y Vegetal Maquínico donde mezcla arte y botánica.
Ximena Gama, realizó un artículo para la revista Arcadia en el que reseñó el trabajo de la artista. “Esta es quizás una de sus propuestas más innovadoras y cuestionadoras a nivel político, pero éste no entendido como una propaganda ecologista, sino como aquello que hace evidente el modo cómo ciertos paisajes alrededor nuestro se han establecido y han evolucionado. En el caso de la ciudad de Bogotá como los jardines y zonas verdes dejaron de estar poblados por esas enredaderas nativas y empezaron a llenarse de Urapanes de la India o de Eucaliptos australianos, sólo por mencionar algunos. En este proyecto, cada dibujo es un gesto que hace aparecer esa historia y abre la pregunta sobre la identidad, sobre aquello que creemos propio y es foráneo o viceversa”, menciona Gama.
Desde mi punto de vista la periodista tiene razón en cuanto a que el trabajo de Valdenebro no es una propaganda ecologista, pues no trasciende ni concuerda con movimientos ecologistas como el de grupos activistas como Green Peace. La intención de la artista es cuestionar la relación existente entre el ser humano y su entorno, logrando mediante sus instalaciones y dibujos que haya una interacción entre el espectador y las plantas. A pesar de esto, no estoy de acuerdo con lo que menciona Gama en cuanto a la identidad y tradición cultural porque considero que el trabajo de la artista no abre la pregunta sobre la identidad sino que impone lo que al modo de ver de la artista es o debería ser la verdadera identidad de los colombianos. La extinción de las plantas en Bogotá se ha dado, quizás por el espacio que con el paso del tiempo es cada vez más limitado. Por otra parte, la mezcla de culturas que se ha dado en Colombia, debido a la llegada de personas provenientes de diferentes partes del mundo, ha hecho que en nuestro país las personas sientan mayor identificación por los Urapanes de la India que por las plantas nativas. Tal es la influencia de los extranjeros que el árbol insignia de Bogotá es el Nogal, procedente de Persia y Europa Oriental, reemplazando al caucho sabanero.
El trabajo de la artista no es una serie de dibujos que interrogan acerca de la percepción y sentido de pertenencia que tienen las personas que visiten la obra sino que es una manera de imponerles que deberían tener más identificación por lo propio que por lo de afuera. Entendiéndose esto como una tendencia idealista más no que el observador sienta reflejadas sus tradiciones en la obra.
En conclusión, el concepto de identificación que ve la periodista en el trabajo de Eulalia de Valdenebro no es adecuado, pues no se logra un grado de pertenencia entre el espectador y los dibujos o las enredaderas, ya que para un ciudadano común es igual una planta que otra porque ésta no hace parte de su acervo histórico. Además, es tanta la influencia del extranjero que se logra sentir más identidad por las plantas de afuera que por las propias.
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