MIRANDO HACIA EL PASADO
Esteban Peña Parga
Bogotá, 1979 - Actualidad
Taller del artista 2011
“Tarzán”, de la serie Álbum de familia, del proyecto CROMA 2010.
Por: Zulmery Flores Muñoz.
En la Casa Republicana de la Biblioteca Luis Ángel Arango, se llevó a cabo Ensayos para un mundo perfecto, en el salón BBVA. La exposición contó con la participación de 43 artistas de todo el país, entre ellos, Esteban Peña Parga, un artista bogotano egresado de la Universidad de los Andes.
En sus obras, la línea y el punto son ejes constantes y el uso de materiales no tradicionales en la elaboración de dibujos experimentales, le ha permitido darse a conocer en el mundo artistico.
En Ensayos para un mundo perfecto, se encuentra un autorretrato titulado “Tarzán”, de un álbum de retratos familiares y personales que se encuentra en su última exposición individual llamada CROMA de 2010, la cual está compuesta de diferentes series elaboradas con gotas de colores básicos. Las imágenes seleccionadas de álbum familiar no dan cuenta de ningún evento en particular, pero si dan indicios de una época y un lugar especifico.
El autorretrato es un dibujo (hecho con puntos de pintura) que tiene la imagen de Esteban Peña cuando era niño, en el que está leyendo un libro titulado “Tarzán” (basado en una fotografía de su álbum familiar, década de los ochenta).
En la técnica de la obra, se puede vislumbrar la composición de la imagen a través de capas de puntos de pintura superpuestas. Así, esta es generada por millares de diminutas gotas de colores distribuidas manualmente. Por eso, “Tarzán” se trata del color, ya que es esencial en la elaboración de un dibujo la utilización del punto, pero son las tonalidades la que le dan un determinado sentido a la obra.
Con esto, el autorretrato tiene unos colores “claros” en el traje y el sombreo del niño, que aunque hace ver la obra un poco seca, genera tranquilidad y armonía debido a la iluminación que tiene la pintura.
En cuanto al café, color tierra presente en la escalera y el suelo, éste emite estabilidad, que hace vislumbrar a la pintura como una obra estática, sin movimiento alguno. Y el rojo de las medias del niño, combinado con el azul y el blanco del suéter, puede expresar vida, energía, amor y pureza, el reflejo de la infancia.
Asimismo, la combinación de todos los colores presentes en “Tarzán”, expresan afectos de sinceridad y también, transmiten una sensación de pureza e inocencia. Igualmente, la obra inspira ternura por la imagen del niño y la posición de calma en la que se encuentra. Por ende, pintura tiene un aire de buen sentimiento, de ausencia de todo mal.
Por otra parte, los puntos están tan bien ubicados que hacen que la obra tenga perspectiva, reflejado esto en las escaleras, en las piernas del niño al estar sentado, en las sombras que hay en la pintura, etc.
Respecto a la mirada hacia abajo del niño, expresa concentración, ya que él está atento a lo que está viendo en el libro de “Tarzán”. Y en cuanto a la ubicación del niño, éste se encuentra en el centro de la obra y en un plano general, ocupando un espacio significativo que ayuda a mostrar toda la acción del personaje y le da un ambiente de “reflexión” a la escena de la obra.
De otro lado, me complace esta pintura porque el niño de ella refleja amabilidad y por ende, siento simpatía con la obra. También, porque la imagen me transmite una profunda tranquilidad, vista en la posición en la que está el infante, en su manera de vestir y los colores de la ropa. Igualmente, me gusta porque el personaje aparenta ser un “hombre grande”, leyendo su libro.
Asimismo, me agrada la naturalidad de la pintura, por lo que parece ser que al tomarle la fotografía de Esteban Peña, pudo haber sido algo muy “casual”, espontáneo, nada planeado. Ese sería para mí, el valor agregado de la obra.
Finalmente, no me gusta de la obra las tonalidades opacas mostradas en la parte de la escalera y el suelo, que “matan” un poco el ambiente de ternura en el que está el niño. Igualmente y por lo anterior mencionado, el ambiente de fondo del personaje no me parece el más oportuno e inspirador, haciéndome pensar que ese niño algún día va a crecer y cuando suceda eso, ya no irradiará esa misma inocencia que muestra ahora en esa imagen.
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