miércoles, 30 de marzo de 2011

‘El Desorden dentro del orden’


BBVA Colombia realiza el Salón de Arte BBVA desde 1993, con el objetivo de aportar a su Plan de Responsabilidad Corporativa. Ha sido tan grande el auge de este proyecto, que se ha convertido en ‘uno de los certámenes de mayor tradición plástica colombiana’. En este momento se presenta una nueva versión en la que se unió al programa del Banco de la República, Nuevos Nombres.

Este programa se ha dedicado a promover y difundir el trabajo de nuevos artistas, con temas que van desde lo doméstico hasta lo urbano; se ha consolidado como un escenario importante para las últimas generaciones de artistas de diferentes regiones, en donde participar, puede ser el primero de muchos de sus pasos.

Uno de los artistas que presenta su obra en este programa es Esteban Peña Parga, con su obra Taller del Artista.

El artista va más allá de la obra, representa, pone muchos elementos en conjunto para introducir al espectador en su trabajo.

Se evidencian códigos que todos conocemos, papeles, pinturas, colores, texturas, imágenes, botellas, letreros, escritos, tachones, rayones, retratos, los cuales en conjunto se van acercando más a la realidad que el artista nos quiere demostrar y hacer sentir.

De igual manera, la forma como está distribuido el material para que hubiese sido casual, un orden para él, pero un desorden para nosotros, es muy interesante, cada quien se entiende y sabe dónde están sus cosas dentro del caos, y eso es lo atrayente de esta ‘puesta en escena’, todo está revuelto, manchado, diferentes técnicas unidas que nos hace pensar que así es la manera como un artista deja volar su imaginación, llega a su mente información, ideas, colores, y empieza a probar, a sentir y a dejar fluir.

También, la cantidad de cosas que se exponen hace que no sea aburrido, uno puede observar en todo el espacio para identificar cuál es el objeto que le llama más la atención, creando una pequeña identificación para cualquiera que observa la obra, generando así, de pronto, la abarcación de un público más grande. De igual manera, no se ve sobreexpuesto, ni ‘hostigante’ porque el tema de la obra lo explica todo, y así obtiene esa relación con la realidad.

Ver cada pieza por separado es tan interesante, como poder encuadrar todos los objetos dentro de un mismo marco, la perspectiva cambia, y la forma de ver el arte y el trabajo se vuelve una misma.

La luz es espectacular, hace que cada uno de los elementos resalte en su instante, hace que ningún elemento se vea más importante que otro, sino ilumina de manera general. Hay todo tipo de colores, pero en conjunto existe una sensación de calidez, por la luz, por la cantidad de trabajo y esfuerzo y por lo que en sí mismos, representan diferentes emociones y sensaciones.

El artista claramente nos habla de su noción del mundo, de cómo experimenta, crea, reforma, piensa; se expone así mismo, mostrando su vida cotidiana, su hacer, y su pasión; lo cual nos dice que no nos cohibamos, que pensemos y hagamos algo por nuestra vida, que nos desordenemos, que salgamos de los patrones establecidos, y que seamos nosotros mismos, sin miedo a exponer tal cual somos… ¿y entonces? …‘a camellar’.



Lina Ospina Valderrama.

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