Descripción, interpretación y articulación a un tema ajeno al arte.
Beatriz Gonzales Bucaramanga 1938
Lágrimas y peces
1997 Oleo sobre Tela
La integración de elementos que le permiten al artista mezclar la realidad de una cultura nacional y por ende, llenarla de detalles y tratamientos eficientes para retratar una realidad que se vive en el escenario de nuestro país, es un logro atribuido al estilo contemporáneo a partir de la década de los 70 del trabajo gráfico de la artista Colombiana Beatriz Gonzales.
La carga simbólica de la cual hacen parte sus trabajos, es una expresión de los motivos y experiencias regionales que emanan en muchos de los episodios y estados que la nación ha portado a lo largo de los días. La diversidad de prácticas que se gestan en una realidad social como la nuestra, es presentada de mano de esta artista como un producto gráfico que ayudado con la técnica y elementos del pop americano, Beatriz Gonzales impone una visión no conformista de referentes sociales y regionales tales como las crónicas urbanas, retratos de familia, la historia de los próceres de este país y también ‘’absurdos y desquiciados de la plutocracia colombiana’’.
El tratamiento plástico que se ve en la su cuadro ‘’lagrimas y peces’’ al igual que en muchas de sus obras y la presentación de sus detalles con la particularidad que la caracteriza (accidentes en sus trazos, inclinaciones en los dibujos, ángulos diferentes a lo común entre otros), fomentan en sus trabajos una crítica personal ante las muchas circunstancias de la realidad nacional. En esta obra la concepción de la mujer, se interpreta en este cuadro, como una figura de la raza regional y nacional, que se ve, no tanto con la noción de belleza tersa y dulce de la mujer; si no con una intensión distinta en cómo está interpretada en el cuadro: sufrimiento y dolor.
Su figura como características indígenas y de raza en todo el componente corporal; convierten la representación en un tipo de mujer en particular. No es la típica dama que luce sus objetos ostentosos y su belleza sutil y delicada; la mujer de la pintura, es la naturaleza misma de la raza colombiana pura y sin modificación alguna. Del mismo modo, está inmerso un detallado perfil de un icono femenino en la región, junto con el sello estilístico de la artista y moldeando el perfil femenino con un tratamiento artesanal digno de la forma en cómo se presenta dicha obra, impone con dicho estilo de la artista, una visión netamente regional y terrenal a nuestro mundo; un mundo que rodea la historia del país, no solo con hechos y acontecimientos de peso; también, las diversas situaciones que hacen de la sociedad un tema de crítica para la artista: la realidad de la mujer y los diversos factores que la determinan en un marco social que estremece y hace repensar en ello.
Los colores cálidos del cuerpo en dicho cuadro, las sandalias y la manera en cómo esta vestida, nos vinculan a un escenario sugestivo pero regional. Está sugiriendo una representación no ajena al dolor implantada en la sociedad femenina
Una enorme cantidad de expresión y liberación para exponer una tierra, una región y un dolor inmerso en las mismas, es un tema que el arte puede empatar de manera inimaginable y perturbadora. El dolor y el sufrimiento de esta tierra, hace que se sienta atreves de la representación de la artista, un escenario libre de prejuicios y miedos. El dolor de la figura de la mujer en el cuadro, se mezcla con el arte, sugiriendo una sensibilización al ir contra el horror y los más intensos sentimientos de dolor y desesperanza de los cuales, los seres humanos como esta mujer en el oleo, son portadores y fácilmente vulnerable ante esta sociedad.
Por Nathalia Cruz
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