jueves, 31 de marzo de 2011

La Cosecha de Carlos Castro

Por Diana Sofía Gaviria


Está escultura hecha en el 2010 produce en cualquier espectador una serie de sensaciones, algunas de forma instantánea y otras que surgen con el análisis profundo y son estas las que se conservan el imaginario del receptor.

 La primera impresión es que es una mazorca real, pero ya seca por el tiempo. Pero cuando el espectador curioso se acerca a mirar la obra con detenimiento nota claramente que no es una mazorca común y corriente sino que se encuentra frente a una hecha con dientes y muelas de muchos tamaños. Algunas de ellas con calzas o caries evidentes. Esta imagen puede generar en algunos simpatía y en otros asco como en mi caso.

Lo que más me gusta de esta escultura es irónicamente lo que generó en mí: el asco y la sorpresa al encontrarme con esa mazorca tan perfectamente construida con dientes. Además en mi percepción personal considero que se presenta una denuncia social en relación a su nombre. La cosecha hace una crítica directa al sacrificio y al hambre que pasan algunos de los campesinos colombianos, siendo ellos mismos los que cultivan.

El campesino colombiano normalmente trabaja para terratenientes o grandes distribuidores teniendo que dejar sus cosechas a precio de “papa” y por lo tanto seguir siendo pobres en su mayoría y aguantando hambre como se podría evidenciar en los dientes.

La creatividad de la técnica de la escultura es otra de las cosas que me gustan. Una mazorca, siendo un producto tan común  corriente, puede convertirse en una obra maestra construida con elementos no tan comunes en las obras plásticas como son los dientes.¿Cómo surge la idea de realizar una mazorca perfectamente hecha con dientes? Sería interesante preguntárselo al mismo autor de la obra.

Por otro lado estos elementos mencionados previamente hacen de la obra algo realmente repugnante estéticamente. No me gusta personalmente imaginar de donde provienen esos dientes.

El imaginario de una mazorca cambia inmediatamente al ver esta escultura y provoca rechazo inmediato a este alimento.  Así mismo la obra me lleva a pensar que el autor de la misma tiene un lado perversamente creativo. La obra tiene una intención que es producir reacción y sin duda lo consigue.

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