Luz de luna 2. (Óleo sobre lienzo)
Museo Botero.
Alex Katz.
Por: María Paula Gómez T.
Mi primera impresión de esta obra es que es agresiva en lo que muestra. Primero, por su tamaño y segundo, por los pocos elementos que hay en un primer plano y de manera tan repetida como lo son la cantidad de hojas y ramas que se muestran en la pintura. El color negro de las hojas y de las ramas con el fondo blanco también dan un contraste fuerte, claro, profundo, que ayudan a esa agresividad (en el buen sentido) y fortaleza que emite la obra. Brinda la sensación de un ambiente frio y húmedo por sus colores blanco, grises y negro. La pintura representa para mí el momento en que alguien mira detalladamente algo y está al aire libre, se siente distraída pero despreocupada, un poco alejada de todo o tal vez es como un sueño de alguien que se encuentra perdido en un bosque y está a punto de encontrar una salida. Para mi es una pintura moderna que destaca el caos del día de hoy, destaca la vida cotidiana, el momento de alguien que trabaja mucho y que necesitaba un descanso, algún momento efímero.
La pintura emite mucho movimiento debido a las pinceladas que son algo borrosas y la mezcla de hojas pequeñas y grandes de manera desordenada. Pareciera que hubiera una fuerte brisa y que detrás de esa cantidad de hojas y ramas hubiera un gran mundo exterior ya que la gran cantidad de hojas se concentran a los lados de la pintura y en el centro se puede ver mayor cantidad de luz (color blanco) como si en pocos segundos se abriera un camino, un espacio de luz, lo que además brinda cierta profundidad en el centro. Se siente ligera, nada pesada y sin ningún olor, solo brisa y cambio constante, como si lo que está plasmado en esta pintura en pocos segundos estuviera cambiando. Las cosas más bellas están en nuestro alrededor, solo es cuestión de observar.
Creo que el artista nos quiso mostrar un momento de la vida a través de un vistazo de algo tan simple, tan elemental pero tan vivo como el sonido de la brisa y a la vez, el de las hojas y ramas que se balancean. Para mí, hay mucha energía en esta obra, hay un trabajo controlado y disciplinado del artista con pinceladas largas y rápidas pero definidas. Es una obra homogénea por su intensidad en cada rincón del cuadro que me recuerda que soy libre y que estoy más que viva.
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