Por: María José Pérez Herrán
Febrero 16 de 2011
“La habitación de Van Gogh en Arlés” es un cuadro del gran artista neerlandés, Vincent Van Gogh. Uno de los principales exponentes del post-impresionismo, que no obtuvo reconocimiento en vida por sus magníficas obras, sino que obtuvo la valoración de la calidad de sus cuadros después de su muerte; al convertirse en uno de los grandes maestros de la pintura.
La obra fue pintada por el artista Van Gogh en el año de 1889, mientras se recuperaba de un colapso nervioso en un manicomio. Es importante tener en cuenta que Van Gogh sufrió por esa época una enfermedad mental,(no se sabe con exactitud si fue un trastorno bipolar o un síndrome de epilepsia) ya que su estado de salud influyó notoriamente en la realización de sus cuadros.
La pintura me gusta por muchas razones. Entre ellas se destaca la dimensión íntima; es decir, ese espacio privado que el artista quiere compartir con el espectador. Un contraste evidente entre la tranquilidad de su hogar, específicamente de su habitación; y, la vida desordenada que llevaba en su interior.
De igual manera, me llama mucho la atención la peculiar aplicación del color. Pues, al ser una obra hecha en óleo, usa una combinación de colores cálidos y fríos, el naranja y el rojo de la cama, con el azul pastel de las paredes, que no sólo genera contraste, sino que impacta por su gran colorido. Especialmente al no dejar las paredes en blanco, muestra una gran relevancia y significación del color. Un manejo de los colores, que no sólo simboliza la tranquilidad del dormitorio, sino la sencillez de un alojamiento modesto decorado con muebles rústicos, de madera de pino; en donde se ubica una cama, un perchero, dos sillas, una mesa de madera y unos cuadros en las paredes. Vale la pena resaltar que uno de esas pinturas colgadas es su autorretrato.
Así mismo, como acotación personal, quisiera decir que a mi me gustan mucho las pinturas que se asemejan a la realidad. No quiero decir con esto que el arte abstracto no tenga gran valor y significado; pero, realmente me impactan las obras que quieren representar objetos como ocurre en este caso, ya que me evoca o me permite tener una idea concreta de cómo era la habitación de Van Gogh.
También me parece interesante como le da volumen a los objetos a través de las gruesas y oscuras líneas que usa para delimitarlos. Y a su vez, creo que el dibujo, sin duda alguna recupera expresividad gracias a las pinceladas pastosas, gruesas, cortas y vigorosas. Así como a los contornos duros y angulosos.
Sin embargo, al realizar una verdadera crítica sobre una obra de arte, no sólo se deben tener en cuenta los aspectos positivos, sino también los negativos. Pienso que la perspectiva usada por el autor no es la más adecuada. Esa “típica torsión” propia del pintor, me produce una sensación de desequilibrio; ya que la cabecera de la cama no está situada en ángulo recto con la pared y, el suelo al no estar recto parece huidizo.
A manera de conclusión, podría decir que la obra del pintor Vincent Van Gogh es realmente fascinante. Dejando de lado el manejo de la perspectiva que es lo único que me disgusta, es una obra que despierta todo tipo de sensaciones a través del color. Un color como medio expresivo y simbólico, ya que será un referente esencial en la vanguardia expresionista. Una pintura que despertó en mi reposo y quietud, en pocas palabras el descanso de la imaginación.
"Pienso que la perspectiva usada por el autor no es la más adecuada. Esa “típica torsión” propia del pintor, me produce una sensación de desequilibrio; ya que la cabecera de la cama no está situada en ángulo recto con la pared y, el suelo al no estar recto parece huidizo." No digo algo mas que nada , porque me da pena (pesar)y no vale la pena.
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