ARTÍCULO PERSONAL – COTRADICCIÓN
AUTORRETRATO DE LEONARDO DA VINCI: LA MONA LISA
Por: Zulmery Flores Muñoz
Inicialmente, la “Mona Lisa” de Leonardo Da Vinci, pintado entre 1503 y 1506 no es la florentina Lisa Gherardini y el amante del autor renacentista, "El Salai", como es afirmado según una investigación del Comité Nacional italiano para la Valoración de Bienes Históricos, sino que esa “mujer” es realmente Leonardo Da Vinci.
A raíz de eso, muchas son las teorías sobre quién es en realidad la “Mona Lisa” y una de ellas, la más llamativa, es que sería el propio Leonardo con apariencia de mujer. Para llegar a esa conclusión, se analizó y se comparó con uno de sus autorretratos más famosos. Se vio, asombrosamente, que los rasgos eran muy parecidos en las principales líneas de la cara (labios, ojos, nariz, etc.); la ausencia de cejas le daría una apariencia más ambigua.
Con esto, algunos historiadores opinan que la mujer retratada es el propio Leonardo da Vinci, quien se habría retratado a sí mismo con rasgos de mujer. Sobre un fondo de paisaje sutil, con un río sinuoso, se resalta la figura de “esta mujer”, cuya enigmática sonrisa constituye lo más atractivo del cuadro, en el que Leonardo ha conseguido su más alta aspiración: plasmar el alma humana, con ayuda de su propio reflejo interior.
A principios del siglo XX, Sigmund Freud hizo el siguiente comentario: “la “Mona Lisa” refleja una preocupante masculinidad”. Así, este óleo manifiesta una ambigüedad en su rostro, una indefinición sexual que la hace parecer una mujer.
En cuanto a la enigmática sonrisa de la “Mona Lisa” (la sonrisa más polémica en la historia), hay una interpretación sobre que ésta es una burlona, debido a que Da Vinci, bajo un disfraz de mujer, se está burlando del espectador y por esto nos sonríe maliciosamente. A Leonardo Da Vinci le gustaban las bromas y los misterios, quizás por eso, ocultó su identidad detrás de la misteriosa sonrisa (y la apariencia de mujer).
Por otro lado, un grupo de científicos italianos pidió permiso a las autoridades francesas para exhumar el cadáver de Da Vinci y hacer análisis de ADN y de antigüedad, queriendo resolver así algunos de los misterios que esconde el artista, entre ellos, el de corroborar la identidad de la “Mona Lisa” y saber si realmente era o no Leonardo.
Los expertos involucrados en el proyecto, afirman que: “haciendo una reconstrucción virtual y física del rostro de da Vinci, se podría determinar si la cara sonriente del cuadro puede ser la del maestro renacentista, como sospechan algunos”.
Del mismo modo, algunos colocaron un análisis digital de un autorretrato de da Vinci sobre la Mona Lisa y dicen que los rasgos faciales encajan a la perfección; como lo hicieron Lillian Schwartz y Gerald Holzman, tratando de identificar las similitudes entre las características de la “mujer misteriosa” de la pintura y uno de los verdaderos retratos de da Vinci. También, algunos estudiosos sugieren que la supuesta homosexualidad de Da Vinci y el amor por los enigmas le inspiró a pintarse a sí mismo como una mujer.
“Leonardo Da Vinci proyectó igualmente en ese cuadro la expresión de su propio tránsito interior en búsqueda de la Luz. En parte, podríamos decir que se fusionó en los rasgos de Mona Lisa, traduciendo la evolución de sus estados de ánimo hasta el final de su vida… La armonización perfecta de este rostro expresa realmente la fusión de 2 almas. Leonardo da Vinci disimuló un símbolo descifrable por lectura anatómica incontestable Modificó los 2 dedos de la mano izquierda según dicen los investigadores del laboratorio del Louvre.”[1].
[1] Jean Paul Floch. [En línea]: Leonardo Da Vinci se vuelve Mona Lisa. <http://www.jeanpaul-floch.com/escultura-bronce/leonardo,da,vinci,se,vuelve,mona,lisa-actualidad-escultura-bronce-31.html> (Consulta: 02 de abril de 2011).
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