sábado, 26 de febrero de 2011

Adán y Eva

Adán y Eva

 “Cuando Dios creó al hombre, lo creó parecido a Dios mismo; hombre y mujer los creó; y les dio su bendición”. Génesis 1,27
La obra que elegí es el Adán y Eva de Fernando Botero. Pienso articular el tema de la religión y la caída de Adán y Eva con esta obra que hace una clara representación a la historia.
Con Botero acostumbrado a tomar escenas con toques costumbristas como esta y hacer una “desproporción” de la realidad no es raro encontrar además de los dos personajes principales, dos elementos que de alguna manera nos sacan de la concepción original que tenemos de la historia de Adán y Eva, se trata de una cama y de unos zapatos de tacón que utiliza Eva. Esto además de la técnica utilizada (lápiz sobre papel) es precisamente lo que diferencia esta obra de las demás pinturas de “Adán y Eva” realizadas por el mismo autor.
La obra de Botero puede ser considerada crítica y satírica en este caso puede estar haciendo un comentario personal del autor sobre la creación de Adán y Eva. Para saberlo es necesario anotar que desde pequeño Botero recibió una formación religiosa y en sus obras es común encontrar imágenes como monjas y sacerdotes.
En este dibujo se ve a una Eva un tanto seductora que abraza a Adán mostrándole la manzana, mientras el sostiene una igual en su mano y la observa a ella fijamente. Adán tiene una mano sobre su pierna que de cierta forma usa para cubrirse, mientras que Eva un tanto más desparpajada deja ver todo su cuerpo.
El de elementos modernos como la cama y los zapatos me transmite cierta sensación que me lleva a interpretar la obra como una escena contemporánea donde una mujer actual trata de tentar a un hombre seduciéndolo para cometer algún pecado tal como en la historia original.
Dice la biblia en Génesis 3,7 que cuando el hombre y la mujer probaron el fruto se dieron cuenta de que estaban desnudos y cosieron unas hojas de higuera para cubrirse.  El que ella esté usando zapatos me hace pensar que antes de incitar a Adán tal vez ya era consciente de su estado de desnudez y por consiguiente que antes ya había pecado. Nada alejado de la realidad de la sociedad actual donde no es de sorprender que haya mujeres que engañen a sus esposos sin que ellos apenas lo noten.
En esta obra no se observa la presencia de una serpiente que le haya dado a la mujer la idea de incitar al hombre, es en este caso la mujer la única responsable de lo que hace.
Cada elemento de la obra me lleva a ver a la mujer como responsable de hacer caer al hombre, por ejemplo su postura con respecto a la del hombre. Él se ve un tanto inocente sentado observando el comportamiento de su mujer mientras que ella no se ve preocupada por él sino que más bien se concentra en el horizonte.

Por:  Mirna Amador 200710324

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