Guillermo Wiedemann fue un pintor alemán nacionalizado en Colombia, el cual se desatacó por su habilidad en el manejo del óleo y la acuarela. A finales de las década de los 50, la abstracción llegó a la obra de Wiedemann, como lo podemos ver en su pintura ‘Formas sobre fondo amarillo’ (1963), en donde deja a un lado su tradicional costumbre de recrear el universo a través de sus pinturas, y se hunde en el mundo de la abstracción. A continuación, vamos a hablar de la pintura mencionada anteriormente.
La forma como el artista configura los colores en la obra, es una clara práctica de él, debido a que tradicionalmente hace uso de grandes manchas de color. Al sobreponer estos dos colores, el artista está tratando de reunir en el mismo cuadro dos colores que dan la sensación de dos temperaturas diferentes. Podemos ver el fondo amarillo, que trasmite calor y energía, y sobre este vemos unos rectángulos pintados en varios matices de azul; lo que nos lleva al otro extremo, al frío, debido a que estas tonalidades de azul trasmiten la sensación de calma y seriedad.
La imagen es asimétrica, y da la sensación de movimiento. Lo anterior ocurre porque el gran rectángulo azul está inclinado hacia el lado derecho, lo cual genera inestabilidad y desequilibrio en el espectador. Pero a su vez, esta forma de poner este rectángulo así, le da a la pintura algo de movimiento y dinamismo.
Así mismo, los trazos que utiliza, también hacen que el cuadro adquiera movimiento. Una de las cosas que más atrae la atención del espectador, es la impresión de que los elementos en el cuadro simulen movimiento o que estén serpenteando alrededor, esto atrae aún más la atención de las personas y hace que la mirada se dirija poderosamente a esa zona, eso pasa con los trazos y con las líneas que hay en la obra, ya que dan la impresión que tuvieran movimiento propio.
Esta obra es compleja, debido a que tiene numerosos elementos los cuales todos unidos forman un significado el cual, a su vez, es difícil de comprender. Además hace uso de la técnica visual del acento, ya que utiliza un elemento mucho más llamativo que los demás para que llame la atención del espectador en primera instancia. Este elemento es el cuadro violeta que se encuentra en la parte superior izquierda. Y de ahí, parten una serie de elementos, los cuales hacen que el espectador los recorra inconscientemente uno después de otro con su mirada, formando un recorrido.
También podemos ver que el artista hace uso de la repetición, debido a que superpone varios rectángulos en la obra. Pero lo hace de una forma aleatoria y desordenada, lo cual hace que no sea aburrida ni repetitiva.
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