Esta pieza puede identificarse como una de las pocas creaciones que llevó a cabo el artista colombiano, Enrique Grau, bajo la influencia del cubismo, más específicamente del sintético según fue clasificado por sus contemporáneos. Esta obra hace parte de la colección realizada a finales de los años 60 en donde decidió dejar a un lado, por un momento, el expresionismo y el arte figurativo que caracterizaba todo su sello estilístico para incursionar en un nuevo movimiento estilístico.
Las figuras que se ven representadas están completamente alejadas de esa realidad que durante décadas plasmó el artista en cada una de sus obras. Como el movimiento mismo refiere todos los elementos pierden su perspectiva natural dando paso a la originalidad creativa de cada autor. Las líneas que se pueden apreciar, así como los ángulos y las numerosas figuras geométricas, dan al espectador una panorámica de un lugar imaginario de alguna manera inorgánico (dado por la falta de relación e interacción entre cada uno). Al no tener claro la ubicación de los objetos dado a la falta de profundidad, y la quietud del mismo al no utilizar movimiento, cada individuo puede apreciar el cuadro desde la manera más conveniente.
Acorde con el título, “Elementos bajo un eclipse”, se podría decir que dentro del encuadre existen un conjunto de lunas que a su vez son las fuentes de luz y sombra. Los colores utilizados dan una sensación de calidez, pues a pesar de lo abstracto se puede identificar un cuarto al cual se le refleja toda la luz externa, una luz propia de días calurosos. Hay elementos que pueden hacer referencia a la cercanía con el mar, figuras de barcos y conchas acompañan los objetos de dicho “cuarto”.
Es importante resaltar que Grau rompe con su esquema y trasciende las fronteras de todo lo hecho anteriormente, pues era caracterizado por ser refinado y preciso en cada pieza. La superposición de objetos hace que refleje un sentimiento de inestabilidad, desorden y desolación. Esto argumentado por la lejanía de los objetos entre sí y un posible rompimiento con el ser mismo al no incluir la figura humana dentro de esta pintura.
Las figuras que se ven representadas están completamente alejadas de esa realidad que durante décadas plasmó el artista en cada una de sus obras. Como el movimiento mismo refiere todos los elementos pierden su perspectiva natural dando paso a la originalidad creativa de cada autor. Las líneas que se pueden apreciar, así como los ángulos y las numerosas figuras geométricas, dan al espectador una panorámica de un lugar imaginario de alguna manera inorgánico (dado por la falta de relación e interacción entre cada uno). Al no tener claro la ubicación de los objetos dado a la falta de profundidad, y la quietud del mismo al no utilizar movimiento, cada individuo puede apreciar el cuadro desde la manera más conveniente.
Acorde con el título, “Elementos bajo un eclipse”, se podría decir que dentro del encuadre existen un conjunto de lunas que a su vez son las fuentes de luz y sombra. Los colores utilizados dan una sensación de calidez, pues a pesar de lo abstracto se puede identificar un cuarto al cual se le refleja toda la luz externa, una luz propia de días calurosos. Hay elementos que pueden hacer referencia a la cercanía con el mar, figuras de barcos y conchas acompañan los objetos de dicho “cuarto”.
Es importante resaltar que Grau rompe con su esquema y trasciende las fronteras de todo lo hecho anteriormente, pues era caracterizado por ser refinado y preciso en cada pieza. La superposición de objetos hace que refleje un sentimiento de inestabilidad, desorden y desolación. Esto argumentado por la lejanía de los objetos entre sí y un posible rompimiento con el ser mismo al no incluir la figura humana dentro de esta pintura.
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