NAVEGANTE
(EDGAR NEGRET, 1965)
Por: Santiago Cifuentes Jurado
La palabra arte es uno de esos vocablos que aún hoy en día resulta difícil de definir. Tradicionalmente las definiciones parten del conocimiento certero y socialmente aceptado de un objeto, hecho, cosa, sentimiento etc. El arte, por su parte, no le ha permitido al ser humano generar consensos de ningún tipo. Partiendo de esa imposibilidad de racionalizar todo lo que tiene a su alcance, el hombre ha comprendido que la multiplicidad de interpretaciones que el vocablo tiene le abre las puertas a su universalización, y de esta manera se ha creado un patrimonio del que cualquiera puede tomar partido.
Partiendo de esa libertad que gozamos al interpretar una obra, en el siguiente texto se encontrará en primer lugar una breve biografía de Edgar Negret (autor de la pieza que se interpretará) y su trabajo, para posteriormente pasar a la subjetiva interpretación de una de sus obras llamada “Navegante”.
Edgar Negret es un pintor y escultor colombiano, que nació en Popayán en 1920. Estudio en la Escuela de Bellas Artes de Cali en 1938. En 1946 hace su primera exposición y establece su residencia en Europa. A lo largo de su carrera artística ha utilizado diversos materiales como el yeso, la cerámica, acero, hierro y aluminio. Los artistas que más influencia tuvieron sobre el colombiano fueron Gaudí y Brancusi (quien lo introdujo al concepto de arte moderno). Los colores empiezan a ser parte fundamental de su obra a partir de los años 80 aproximadamente.
La obra de Negret que se analizará se titula “Navegante”. Fue realizada en 1965 y se encuentra exhibida en el Museo Nacional de Colombia. Esta serie de obras recibió ese nombre debido a la fuerte inspiración arquitectónica y de la ingeniería que obtuvo el artista para realizarlas.
Descripción física de la obra: Es una escultura de aluminio pintada de rojo, de un metro de altura aproximadamente. La obra se encuentra sobre una base en forma de cubo de color blanco.
Por su nombre, tema e inspiración, la obra parece ser la parte superior de un velero. La curvatura de sus piezas genera la sensación de dinamismo, e inclusive introduce al espectador a esa idea de un velero en movimiento. Por el tipo de materiales que se utiliza, es una obra muy industrial, que puede tener una tendencia hacia lo frio. Sin embargo, el contraste del blanco con el rojo le da un brillo e imponencia especiales. Creo que en este aspecto Negret tiene una intención muy específica de resaltar su obra casi que despreciando lo que la sujeta. Esto creo que está muy relacionado con los vacíos que hay en la escultura. Esa dualidad entre lo vacio y lo industrial juega un papel muy importante en el significado que pretende transmitir y genera un equilibro con lo pesada que resulta la base que la sostiene. Es muy moderna y juvenil. Aunque parece bastante pesada, juega con la idea de la levedad que tal vez se lo imprime la idea de las corrientes de viento. La obra transmite seguridad y firmeza. Es muy sobria en sus formas, más no en su volumen. La repetición de patrones es recurrente en muchas de las obras del artista, en este caso lo hace de una manera especial ya que da la sensación de separación de planos. La levedad que le imprime su significado nos permite entenderla como una pieza. Su movimiento y el color nos dan visos de sensualidad, pero con un temperamento bastante imponente.
Los sentimientos, percepciones e ideas que genera la obra, son un reflejo del importante trabajo que ha realizado Negret en el desarrollo de la plástica nacional. Como dijo Álvaro Medina: “Hacia 1945, cuando se perfiló como un hecho la generación de Edgar Negret, la plástica nacional perdió su particularidad de expresarse en tendencias homogéneas, es decir, de generaciones que tendían a coincidir en puntos conceptuales básicos, para tomarse una plástica pluralista”.
El blog es muy interesante, pero le encuentro un inconveniente: la ausencia total de referenias, hace que la información, por muy valiosa que sea, impide que se pueda considerar como una fuente confiable
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