(Sin título?)
Manuel Hernández.
Exposición ESTO // LO OTRO,
Museo de Artes Visuales, Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Una superficie blanca de papel se encuentra suspendida verticalmente por la presión de dos vidrios que la atrapan, al mismo tiempo que está enmarcada por cuatro listones de madera que hacen posible que pueda sostenerse contra la pared.
En la parte inferior del papel, paralela al borde y al suelo, hay una línea negra algo irregular, que por un momento se torna mas gruesa hacia la izquierda. Exactamente sobre esta zona más gruesa de la línea, más arriba en el papel, se encuentra un cuerpo irregular de la misma intensidad de negro de la línea.
El interior de este cuerpo está en su mayoría tapado por pigmento negro a excepción de pequeñas zonas que no han cubierto el papel por completo; de dos de estos espacios, en la parte superior, se descubren una línea amarilla a la derecha y una roja a la izquierda. Los bordes de este cuerpo son bastante irregulares y difusos, así como parecen surgir de los mismos trazos que lo intentan cubrir desde su interior. En el borde inferior derecho de este cuerpo de pigmento, surge otro cuerpo que apenas lo toca con una de sus puntas redondas.
Si bien este segundo cuerpo describe una forma similar al anterior, éste está compuesto por cuatro líneas mucho más definidas y continuas, mas delicadas. Además este cuerpo carece de pigmento en su interior, a excepción de una línea negra y una roja que parten paralelamente de la parte superior y se detienen antes de llegar al borde inferior. La línea del costado derecho este cuerpo es decididamente más gruesa y se sobrepone a las demás desviando la atención hacia ese lado. Debajo de esta línea, una de las puntas que sobresalen de este cuerpo toca la línea horizontal, paralela al suelo que he mencionado en un primer momento.
Ahora bien, si intentara definir el carácter del primer cuerpo en base a la cantidad de pigmento negro que contiene y a la tosquedad de las líneas que lo definen, diría que es supremamente pesado, denso y macizo; por el contrario, el segundo cuerpo sería mucho más liviano, estilizado y frágil por su contorno. Y si de pronto tomará la línea paralela al suelo como el mismo suelo, tendría entonces un cuerpo frágil y liviano que soporta a un cuerpo pesado y tosco sobre una de sus puntas generando un equilibrio de pesos inestable, resbaladizo y difícil de mantener.
Si bien este equilibrio únicamente podría existir entre los cuerpos de una pintura sobre papel, es una tensión que se siente real, es un encuentro de fuerzas cromáticas que siempre fallará en su intento de caer hacia el lado izquierdo del papel. Digo que son fuerzas que se sienten reales porque únicamente funcionan cuando la imagen esta vertical. Si se intentara acostar el papel sobre una mesa, la tensión se perdería y todo quedaría en reposo. Parecería ser que en el momento en que las fuerzas de la gravedad de la sala recaen sobre el papel también lo hacen sobre los objetos que se han dispuesto sobre él y, de esta manera, los dispone en una perpetua y paradójica tensión.
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