“Composición” (1958) de Guillermo Wiedemann
Colección: Banco de la República
Ubicación: Casa de la Moneda
Lo primero que noté en “Composición” de Guillermo Wiedemann fue la forma en que la obra estaba creada a partir de manchas de color. Formas asímetricas y sin sentido están presentes en la imagen y crean un entorno visual interesante y dramático. La primera imagen que asocié con este cuadro fue la de un mapa. Me concentré en los espacios, las secciones, los colores, las formas y no logré separarme de la idea de un mapa imaginario en un mundo irreal. Logré ver en la obra los límites de cada uno de los territorios, y cómo estos se fusionan unos con otros hasta armar todo un espacio fantasioso. Todo este imaginario se debe a la forma en que está construida la obra. “Composición” está creada a partir de bloques de color, que juntos arman una imagen. Noté que a pesar de que hay una gran variedad de colores, los que llegan a dominar la escena, los que se llevan el protagonismo visual y los que logran armar esos bloques en el cuadro son el rojo, el negro y el verde.
Parte de la imagen está hecha a partir de unas pinceladas gruesas, fuertes y agresivas. Todo esto lleva a que haya gran cantidad de texturas que conforman y enriquecen la imagen.
El fondo de la obra considero que es importante dentro de la construcción de “Composición”. Mientras que el frente resalta, el fondo es suave, tranquilo y apastelado. Los colores no tienen la misma intensidad en esta zona que en el resto de la obra, pero igualmente tienen una personalidad propia que no permite que este espacio quede en el olvido. Las pinceladas se sienten aguadas, hechas con mucha más tranquilidad y creadas con una sensación de ritmo y dirección inquietante. Este lugar dentro de la obra da cabida para que haya un respiro visual que permita volver a los objetos más pesados visualemente para no cansar el ojo tan fácilmente de la saturación de la obra.
“Composición” tiene un manejo interesante de las transparencias. La manera en que el lienzo puro logra salvarse a momentos de todas las capas de pintura que maneja la obra se vuelve un elemento exquisito y difícil de ignorar.
Es interesante el dominio que tiene Wiedemann sobre el pincel, existe gran variedad de texturas, formas y direcciones que nos indican que la obra es de gran experimentación.
Cristina Nuñez(Universidad de los Andes)
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