jueves, 10 de febrero de 2011
Del soplete a lo abstracto
Del soplete a lo abstracto
Al entrar a las diferentes salas del Museo Nacional en el centro de Bogotá, hay una en especial que obtiene toda mi atención, rodeada de cuadros, esculturas, colores, formas y materiales, es la delicada y cuidadosa combinación de la chatarra la que me lleva directo a una obra de la artista colombiana Feliza Bursztyn
No es la primera vez que me encuentro frente a frente con una obra de ésta reconocida escultura y artista, sin embargo cada vez es diferente, los materiales del común se mezclan en sus obras creando algo nuevo, algo visualmente atractivo para mi.
Unas femeninas manos empuñando un soplete, haciendo gala de una creatividad inconmensurable, transformando pedazos inservibles de lata y de hierro en piezas de arte excéntricas y diferentes.
A pesar de observar una obra elaborada prácticamente de desechos el ambiente que rodea el recinto de exposición es suave, armónico y seguramente tiene el sello de la delicadeza femenina que acompañó a Feliza durante sus 49 años.
El acero, la hojalata, el latón y el hierro se convierten majestuosamente en imperecederas obras de arte en las manos de Feliza Bursztyn. Su obra refleja la delicadeza artística plasmada en la rudeza del metal.
En está obra sin título como en muchas de sus obras los materiales están colocados sin perder su escencia, en ellos se puede evidenciar aún su significado así se encuentre fuera de su contexto original, pero juntos en las manos de Bursztyn toman un nuevo significado abstracto al que sería labsurdo ponerle un nombre o más bien limitante compararlo con algo ya existente.
La transmisión emocional de las obras de Feliza Bursztyn penetra en los sentidos, transportando la imaginación de donde esta mujer extrae objetos aparentemente inservibles, hierros retorcidos, rines de vehículos, alambrado y latas de automóviles para darles vida logrando presentar una obra que seguramente estaba en material de deshecho y se convierte en una impecable y majestuosa pieza de arte en un museo
Definitivamente la chatarra cobra vida cuando a todo ese material inusual se le da forma y movimiento, vibraciones que hacen música a través de la hojalata del espiral perfectamente calculado, de la geometría completamente establecida.
Feliza Burstyn no sólo transformo en sutiles y delicados los materiales de alguna manera agresivos si no también les dio forma, movimiento, sonido y un espacio diseñado en forma particular y novedosa.
La obra de Feliza es belleza, es pureza, es fuerza, es perfección, es equilibrio pero sobretodo es arte y arte del más fino, conmovedor, femenino y trascendente.
JESSICA CHONER
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